domingo, 26 de julio de 2015

POR LA SENDA DE LAS LAMIAS EN MUNDAKA

 Dentro de la reserva de la Biosfera de Urdaibai, en el municipio de Mundaka se encuentra la ruta de las lamias. Esos seres mitológicos femeninos con pies  de ave y largos cabellos que moraban en las orillas de los ríos. No vimos ninguna por el camino pero por el contrario si observamos la única achicoria silvestre que aún perdura en este entorno.


 La familia de los salix, sauce si que se encuentra notablemente representada. La cercanía del mar y el paisaje húmedo de la zona facilitan su dispersión sobre el terreno. Para muestra , una imagen como la de arriba


 En las proximidades de las ruinas de la ermita de Lamiaran escuchamos un ligero ruido de sobresalto. Un corcino joven intenta salvaguardar sus patas de los helechos y argomas de la pradera. El ruido de un vehículo le obliga a salir de sus escondite emprendiendo una fuga veloz por la pista de tierra y realizar un salto comparable a cualquier atleta de salto de vallas.


 Comienza a llover en un tramo de tendida pendiente. Al final del ascenso encontramos los frutos de la Gayuba de la imagen superior en dos tonalidades: roja y negra, maduros  e inmaduros.


 Un ligero y continuado descenso entre los puestos de caza balizados nos lleva a detenernos ante el estoico pose de perfil de esta mariposa. Intenta camuflarse entre la vegetación para pasar desapercibida ante nuestros ojos.


 Otro de los frutos generosos que nos ofrecen nuestros arbustos por estas latitudes es el de la fotografía: el endrino. La cosecha de patxaran de este año puede abastecerse de este fruto carnoso, oscuro y de cierto grosor que luego hará amenas nuestras tertulias veraniegas.

 La campiña atlántica se muestra vigorosa durante esta estación. Los prados de siega, pequeñas huertas y animales domésticos pacen en su terreno. Higueras, madroños, espinos albares, cornejos, avellanos y zarzamoras con su primeras moras dotan al paisaje de un aroma enjuto.


 Pero no son los únicos. El nogal en las proximidades del caserío junto con algunas encinas, robles y abedules dentro de fincas privadas son algunas de la especies arbóreas que llegamos a descifrar. Además de árboles frutales como perales y manzanos dentro de los límites del caserío.

 Llegando a Bermeo, por esta ruta circular, nos detenemos a contemplar este gallo del país, que pasta cautivo rodeado de su harén particular, de gallinas en espera de un futuro incierto, allá por Navidad.
 En el puerto de Bermeo concluye esta travesía. Desde este punto retomamos nuestros paso en dirección Mundaka por el paseo que discurre paralelo a la carretera y con espléndidas vista a la Isla de Izaro y la plataforma denominada la Gaviota, perdida en el horizonte.


 Una última parada en la Ermita de Santa Catalina, enclavada a la entrada de la ría, nos permite obtener esta instantánea de su interior y guiarnos en próximas singladuras bajo su protección.


sábado, 18 de julio de 2015

POR LA SOMBRA DEL ARROYO DE BASOBALTZ

 Lezama esconde en su núcleo más rural un bosque acogedor. Atravesado por el arroyo de Basobaltz la biodiversidad que habita en sus entrañas resulta desorbitada para nuestros ojos. Como las hojas lanceoladas, un tanto coriáceas y brillantes del aligustre de la imagen inicial.



Por su parte central alterna pinos, eucaliptos con especies más autóctonas como el fresno y el roble. Que la luz penetrante no te ciegue a la hora de distinguir unos de otros.


 El Senecio cano de la parte superior pulula en pleno camino. Desafiando a las pisadas de los intrusos que penetran en su hábitat. El arraclán descubre sus primeros frutos, maduros y no aptos para el consumo.


 Un alto en nuestra aventura...Silencio sepulcrar..Un invertebrado revolotea  en un claro del bosque. Busca una morada donde descansar. Su tamaño, color azul de torso y alas nos hace decantarnos por un ejemplar perteneciente a la F. agrinoide.



Dos  hallazgos seguidos, no es ni medio normal. Un ejemplar de olmo nos cobija bajo su sombra. La enfermedad de la grafiosis no ha llegado a este reservorio. Por ahora este joven árbol se encuentra salvado.

 Este notable ejemplar de roble se retuerce en los aledaños del camino. Busca la luz, el resplandor de la vida en dura supervivencia con tras especies que le circundan: fresnos principalmente, pero también avellanos.

 Se acerca la hora de picar algo. Un poco de agua y unos frutos secos sacian nuestros estómagos. Lo mismo le ocurre a esta mariposa que se detiene a libar el néctar supremo de estas florecillas.
 Nos acercamos al final del recorrido. Volvemos sobre nuestros pasos y nos detenemos en este árbol que antes paso de largo. Un diminuta mosca reposa sobre la hoja de una encina.



 Los primeros frutos comestibles de la zarza empiezan a madurar: las moras. Una breve parada para probar las primeras de este caluroso mes de Julio.


 Concluimos esta entrada en el blog con un desafiante rostro: la cara del Cerambyx cerdo que nos encontramos agazapado, camuflado en los terrenos de un robledal.



¿POR QUÉ SE DESPRENDE LA CORTEZA DE LOS PLÁTANOS DE SOMBRA?


Con estos rigurosos calores veraniegos los árboles también necesitan liberarse de su armadura. Es el caso de los plátanos de sombra (Platanus x hispanica y Platanus x hybrida). Un privilegiado destape por el mes de julio de su corteza escamosa que se forma por superposiciones de capas de tejido que se van desprendiéndose en pequeñas placas redondeadas, lo que produce un efecto de manchas que nos recuerda a las telas de camuflaje.


Pero no son los únicos que emplean este recurso exfoliador. Los eucaliptos también mudan su corteza. Unos y otros con esta acción permiten al tronco crecer y exhibir debajo  la nueva piel, libre de parásitos y otros ocupas.



domingo, 12 de julio de 2015

CUANDO LO CERCANO RESULTA EMBRIAGADOR

Vamos cerrando nuestro anillo particular descubriendo nobles paisajes dentro de nuestra Villa. Partiendo desde el barrio de Otxarcoaga nos dirigimos hasta el Monte Avril en un agradable recorrido de apenas 4 km. Abandonamos un entorno netamente urbano para emboscarnos en una periferia de campiña atlántica, con sus pastos, vetustos caseríos y cabañas ganaderas de vacuno y ovino durante los primeros compases. Fresnos,avellanos, algún sauce despistado, higueras y algunas parras de uvas nos escoltan a ambos margenes de la carrera que subimos con algún tramo de elevado porcentaje.

En apenas dos horas y media coronamos nuestra atalaya. La maleza cubre de forma copiosa los restos del muro defensivo de la construcción militar perteneciente al cinturón de hierro bilbaíno. En pleno descenso nos topamos con  la imagen inferior, en una clara alegoría de la vida, de lo retorcida que puede ser a veces la Naturaleza y nuestros destinos. Simbolizada por medio de este longevo árbol que se resiste a caer, colonizado por otras especies.


Otras sorpresas más agradables  fueron este ejemplar de olmo, que alguien decidió plantar a un lado del camino: con cierto fuste, vigor y brotes de ramas tiernas juveniles que le auguran un excelente porvenir. Alejado de la grafiosis que tanto daño a hecho a esta especie. En una finca particular que dejamos a un lado de la pista central por la que transitábamos nos encontramos con una encina de porte considerable, con un tronco robusto que sustentaba largas y pesada ramas que pueden albergar bajo su copa a todo un rebaño.


En una superficie de terreno compuesta de pinos y algún que otro roble del país, nos dimos cuenta de que no viajamos solos: la piña roída en sus extremidades denota la presencia de roedores en las inmediaciones. Junto al trino de algunas aves, como golondrinas en los tendidos de los cables, estorninos inmutables, gorriones agazapados y un ave rapaz valiente que caminaba por delante de nuestros pasos.

 Metidos de lleno en la estación estival esta Coregüela azulada y rosácea reclama nuestra atención en las lindes del camino. La última superviviente de las de sus especie por estos lares.

 Citamos anteriormente algunas especies que nos acompañaban en nuestro tayecto. El cornejo de la imagen aparece a ambos lados del sendero ascendente, con sus frutos aún de color verde a la espera de su maduración. Otra especie que encontramos introducida, es decir plantada, son las hayas, alineadas como si se tratase de una calle peatonal de cualquier avenida urbana. 

Conforme nos alejamos del entorno rural las flores desaparecían. Como es el caso de la Consuelda menor que aparecía en algunos lindes del camino y durante la prolongada cuesta del camino de San Fausto.

 El Cardo cardador se encuentra en pleno apogeo. Es su temporada y sus colores morados resaltan con sus afiladas espinas que le protegen de sus enemigos hostiles.

 Por otro lado, la Campanilla agrupada resiste loas valientes intentonas de succionar su néctar por parte de los polinizadores que acechan su morada.


Nos despedimos con una imagen copiosa por este pequeño paseo: la Achicoria silvestre, muy abundante en las lindes del camino en esta época, ligeramente humedecida por las gotas de la la lluvia caída. A veces, resulta necesario observar con detalle y descubrir nuevas curiosidades que tenemos  tan cercanas , pero que nos resultan un tanto desconocidas.

lunes, 6 de julio de 2015

DE ROSAS Y GORRIONES

 Un ave común, como es el gorrión ha sido objeto de estudio por parte de la Universidad de Extremadura. En este artículo publicado en el Nervión ( 6 Julio 2015) nos cuentan sus conclusiones.

Por otra parte, en este otro artículo Magazine (14 Junio 2015) nos detallan algunas variedades de rosas que nos podemos encontrar en el ámbito de la jardinería.

jueves, 2 de julio de 2015

CRITERIOS PARA DIFERENCIAR LA CALIDAD DE NUESTROS BOSQUES


 Carlos Ibero publicó en la Revista Quercus (nº 113 , Julio 95) un preciso y significativo artículo en el que se atrevía a establecer unas pautas para diferennciar los bosques de los cultivos forestales. Disfrutar de su lectura.