sábado, 25 de febrero de 2023

POR MIS YEMAS ME CONOCERÁS



Nuestros árboles y arbustos más cercanos al perder la hoja durante el invierno no son fáciles de reconocer. Parecen todos iguales, desprendidos de su follaje, desnudos, sin hojas, todos se parecen. Por eso, estas pequeñas claves en modo video pueden ayudarte a reconocerlos por sus yemas y algunas otras peculiaridades que te ayudan para conocerlos.

viernes, 24 de febrero de 2023

EL ÁRBOL SEGÚN TAGORE



El árbol atribuido a Tagore

"Viajero escucha:

Yo soy la tabla de tu tu cuna, la madera de tu barca, la 

superficie de tu mesa, la puerta de tu casa.

Yo soy el mango de tu herramienta, el bastón de tu 

vejez. Yo soy el fruto que te regala y te nutre, la

sombra bienhechora que te cobija contra los ardores

del estío, el refugio amable de los pájaros que alegran

con su canto tus horas, y limpian de insectos tus

campos.

Yo soy la hermosura del paisaje, el encanto de la 

huerta, la señal de la montaña, el lindero del 

camino...

Yo soy la leña que te calienta en los días de invierno,

 y el perfume que que te regala y embalsama el aire a

todas horas, la salud de tu cuerpo y la alegría de tu

alma...

Por último, soy la madera de tu ataúd.

Por todo esto, viajero que me contemplas, tú que me 

plantaste con tu mano puedes llamarme hijo, o que

me has contemplado tantas veces... ¡Mírame bien!

pero no me hagas daño...."







NO ES FÁCIL SER ÁRBOL

 

Nos ocupan y preocupan sus existencia. Dejando a un lado sus infinitas propiedades y beneficios para el ser humano, queremos resaltar por medio de esta sucesión de imágenes aspectos desconocidos. Sus formas, asemejando rostros de personas,; eróticos poses en posturas comprometidas; disfraces realizados con lana y ganchillo; hongos y bacterias que le acompañan en su desarrollo; troncos variopintos; expresiones artísticas coloreando su aspecto; raíces prolongadas que sujetan el terreno; cortas y talas provocados; notables ejemplares que dan prestigio a un lugar; colores magistrales durante la estación otoñal. Se convierten en esculturas estoicas que soportan y sufren las inclemencias meteorológicas sin rechistar, además de nuestros abusos prolongados.