lunes, 30 de diciembre de 2013

FLORES DE INVIERNO



La revista Quercus (nº 24, 1987) nos sirve de soporte para cerrar el año. Es hora de salir al campo y encontrar las flores que esta página se describen. Unas más tempranas que las otras, teniendo en cuenta el retraso estacional que lleva el año. Que en invierno también hay flores.



viernes, 27 de diciembre de 2013

TRAS LAS HUELLAS DE ANDRÉS ESPINOSA POR AMOREBIETA

Comenzamos a caminar. Pronto descubrimos que no viajamos solos. Un habitante del bosque deja su rastro sobre el barro. Las diminutas uñas sobre sus extremidades le delatan¿De quién hablamos?
El sendero por el que avanzamos se encuentra en la localidad de Amorebieta en Vizcaya. Un primer tramo del recorrido, por el que transitamos parte del parque Jauregibarria donde hay un panel que nos reseña algunas de las facetas de este insigne montañero local. Al que se ha dedicado este PR -BI 74.
En las proximidades de Ereño, observamos este color naranja en la corteza de algunos árboles acotados en una finca particular. Dotando al paisaje de un marco un tanto peculiar, como si se tratara de una tierra extraña, casi lunar.


Según avanzamos y tomamos altitud, la campiña atlántica que rodea el entorno se muestra en todo su apogeo. Propiedades de pinares que circundan el entorno rural, explotaciones agrícolas de uso doméstico, árboles frutales en el terreno particular, pequeñas edificaciones que conviven con otras tradicionales. Una vista panorámica, entre la bruma, nos acerca a las cumbres  próximas en la comarca del Duranguesado. 


Con el tradicional tejado a dos aguas, este reformado caserío, acoge a simple vista el hogar de 4 familias. Antaño una única familia, propietaria o arrendataria se encargaba de su uso y mantenimiento. Compaginando las labores agrícolas, ganaderas y domésticas con las industriales en las pequeñas empresas que empezaban a despuntar en la zona.


En el descenso hacia el Instituto Urritxe, penetramos en el esplendoroso robledal que acompaña a la ermita de San Juan de Ofrendo. Con el color cobrizo, ocre de la hoja del quercus, últimos síntomas del otoño por estos parajes.


Atravesamos un  túnel, por debajo de la carreta que circunvala el núcleo de Amorobieta. Nos detenemos un momento para retratar esta hoja. En ella se muestran las fases por las que atraviesa durante el otoño. Desde el verde más oscuro, hasta el amarillo pálido, la hoja descompone su tono para luego  volver a brotar durante la primavera.


El mapa del recorrido por el que hemos caminado nos devuelve a nuestro punto de partida.El parque de Jauregibarria. Nos detenemos unos minutos para contemplar algunas de las especies que lo pueblan.

Las hojas del haya muestran el color propio de la estación en la que nos encontramos. Próximas a desaparecer del árbol y dejarle desnudo de su cubierta ante el invierno que se aproxima.
El tejo se muestra fresco, vigoroso y con mucho follaje. Buena señal que a pesar de su lento crecimiento, en un futuro seguirá presente a la vista de todos los que transitan por el parque.

El arce campestre flanqueado con dos de sus últimas hojas otoñales, los nuevos brotes invernales que le dotarán de un nuevo aspecto durante la primavera.

LA PODA DE LOS ÁRBOLES


 Son muchas las consultas que nos llegan en referencia a la forma y manera de actuar de las entidades locales a la hora de realizar los trabajos de mantenimiento en el arbolado urbano. Las dos fotos que ilustran este comentario, a modo de ejemplo, están tomadas en un distrito de Bilbao y realizadas por la misma brigada de jardineros municipales. 
El artículo de Quercus (nº 23, 1986) sirva para sacar de dudas a quiénes consideran excesivas las actuaciones de las podas . Nosotros ni quitamos ni ponemos nada, creemos que es necesario conocer todos los argumentos y razones de porque se llevan acabo. Esperamos que con este artículo cada uno extraiga sus propias conclusiones y pueda opinar con cierto grado de conocimiento.





lunes, 23 de diciembre de 2013

EL OTOÑO EN EL VALLE "CATXONDO"

El valle de Atxondo nos recibe pleno de colorido. El Otoño se manifiesta en la frondosa vegetal de los árboles locales entre tanto monocultivo de pinos.En 1904 se inauguró la línea del ferrocarril minero de vía estrecha que desde
El Tope llegaba a Apatamonasterio donde enlazaba con el ferrocarril de
Durango-Elorrio. Hasta 1925 se transportó el mineral de hierro y cobre
extraído de las minas de Arrazola. Luego, hasta 1950 -año en que dejó de
funcionar esta vía- sirvió para el transporte de pasajeros y madera. En la actualidad, este recorrido de 5 Km. discurre por el fondo del valle de Atxondo, siguiendo el trazado de un antiguo ferrocarril minero, transformado en vía verde.

Al llegar a Arrazola nos topamos con este frondoso ejemplar de tejo. Situado en una finca particular en la cercana parada del autobús. La de anécdotas que nos puede contar y de las que ha sido infinitas veces un testigo privilegiado de lo que comentan las personas que transitan por este paraje.

Molino de Ibarra. Este molino del siglo XVIII, perteneciente al caserío Ibarra, aprovechaba la fuerza del agua para moler grano de trigo o maíz con unas grandes piedras de granito. El agua llegaba del río a través de un canal de unos 200 m. y se acumulaba en una presa que permitía el funcionamiento del molino incluso en épocas de sequía. Al menos, hasta hace poco más de una década, este molino aún se ponía en funcionamiento esporádicamente.

Sobresale de manera significativa el monte  Amboto.Esta impresionante montaña caliza es la cumbre más alta del Parque Natural de Urkiola y una de las más emblemáticas de Bizkaia. Se localiza en una zona de gran interés paisajístico, naturalístico e histórico. Según la mitología vasca,Anboto es la morada preferida de la diosa Mari, conocida también como la"Dama de Anboto". Esta diosa es la personificación de la tierra y la reina de todos los genios que se ocupan de la naturaleza. Desde el recorrido podemos ver la entrada de la "cueva de Mari" en la cara Este del Anboto.

Un panel informativo paralelo al río permite identificar para los no versados las distintas especies de árboles que se pueden encontrar a lo largo del recorrido. 
En concreto de este no decía nada, el bonetero que muestra su colorido compitiendo con otras especies para asentarse sobre el terreno.

Otro mapa sitúa a los caminantes sobre el terreno. Indica el punto en el que te encuentras del camino y te permite conocer lo que te resta de caminata.

 El río Arrazola, afluente del Ibaizabal, surge por la confluencia de los
numerosos arroyos y torrentes descendentes de los montes de los
alrededores. A lo largo del río podemos observar saltos de agua y restos de
canales que en un tiempo formaron parte de una importante actividad molinera y ferrona en la zona. En algunos tramos de sus márgenes, encontramos un valioso ecosistema: el bosque de ribera (alisos, sauces, avellanos, etc.) que, además de ser el hábitat de muchos animales (peces, aves, mamíferos, reptiles, anfibios), estabiliza las riberas protegiéndolas de la erosión del agua.
Es tiempo de muda. Como ocurre a la corte del plátano híbrido común que pierde a trozos parte de su piel, desnudándose ante todos los curiosos que caminan por el sendero.


Las hojas del roble americano vuelan en busca de nuevos horizontes. Sin embargo, ésta de la imagen no va muy lejos, momentáneamente atrapada sobre la malla del cercado de una finca particular. 

El ombligo de venus busca la humedad de las escorrentías de agua que se vislumbran sobre las cunetas del camino.

 El pórtico de la iglesia de la parroquia de Arrazola, donde se celebró la primera misa en euskera, muestra su encanto en armonía con el resto de la plaza, Ayuntamiento y pequeño frontón colindante.

Una vista panorámica del valle de Atxondo permite contemplar la campiña atlántica, los lejanos montes que la circundan y las extensas superficies de cultivos forestales.

martes, 17 de diciembre de 2013

LOS ÁRBOLES DEL CONCEJO


En el país de los arboles que en un tiempo fue la vieja Europa, cada aldea, pueblo o ciudad tenía en el  mismo centro un árbol alrededor del cual se reunían los vecinos: para tomar las decisiones, hacer la ley y la justicia o celebrar la fiesta.

Este árbol era venerado como un verdadero santuario, como alma y representación del territorio, de la sociedad, del mundo. Llamamos Dendrocracia a ese modo de gobierno en el que el tejo, el roble, el olmo o el moral eran testigos mudos y sedes de los verdaderos parlamentos que constituían los habitantes de cada pueblo reunidos para gobernarse a sí mismos y al paisaje que les rodeaba.

La palabra democracia nos viene del griego Demos  que significa pueblo y cratos poder. El poder del pueblo podíamos decir aunque cualquier parecido con  la realidad sea hoy una pura coincidencia.

La Dendrocracia es al menos tan antigua como la Democracia. Apenas tenemos constancia documental de la tradicional oral y del derecho consutudinario que este sistema representaba. Aún así, todavía podemos encontrar cientos y cientos de árboles que sobreviven por los pueblos por todo el arco atlántico europeo dando fe de toda una cultura que se desvanece. Alrededor de estos tejos, robles, olmos, morales giraba la vida de nuestros ancestros.

La identificación con el árbol totémico era , a veces, tan importante que aún podemos verlos en numerosos escudos como emblema y representación de nuestra sociedad.


Dendrocracia de Ignacio Abella

 Escucha al pinchar solbre este enlace Bosque Habitado de Radio 3 del pasado domingo