sábado, 29 de febrero de 2020

DATOS SOBRE LOS ÁRBOLES EN ESPAÑA

Una  reportaje publicado por las distintas cabeceras del grupo de medios de comunicación Vocento el Jueves 20-02-2020 reaviva la polémica sobre la necesidad de reforestar la superficie forestal. Por una parte, se afirma que ésta ha crecido un 33% desde 1990 y en la actualidad, el 295 se encuentra cubierto de árboles. Cita un estudio de la revista Nature en la que se afirma que existen unos 7.000 millones de árboles en nuestro País.
Por otra parte, mantienen la teoría, muy proclive en la comunidad académica universitaria, de que el monte se puede recuperar solo en poco tiempo, sin necesidad de intervención humana. Algo que desde ARBA se viene pregonando desde hace tiempo, quien no recuerda el eslogan aquel: que le dice el bosque al ingeniero, no me toques que yo sólo me regenero.
Una última referencia  para combatir el cambio climático, omnipresente en todos los foros y debates, para paliar su avance también es abordada en el artículo. Se dice que un País con elevada forestación como España, solo consigue capturar, a través de sus bosques, un cuarto de todas las emisiones que realiza anualmente.

domingo, 23 de febrero de 2020

CLAVES PARA RECONOCER LOS QUERCUS


continuando un poco la línea de la entrada anterior de nuestro blog, en el que se mencionaba a la encina en una parte del territorio vizcaíno. En este artículo de la revista (Quercus,nº 12,1983)  profundiza a fondo sobre la distribución de los árboles conocidos como Quercus, entre los que figura la encina, los robles, la coscoja, el quejigo y el alcornoque. Para los neófitos, un material sencillo para identificarlos en sus paseos botánicos. Aunque tiene muchos años, sigue vigente su contenido en pleno siglo XXI.




sábado, 22 de febrero de 2020

POR EL ENCINAR DE EREÑO EN BEDIA




"Brotes derecha o torcida con esa humildad que cede sólo a la ley de la vida, 
que es vivir como se puede. El campo mismo se hizo árbol en ti, parda encina".
                                   Antonio Machado, La encina.





Este ecosistema no es de paisajes espectaculares ni de un interés naturalístico relevante, pero es muy representativa del entorno natural que nos encontramos en gran parte de Bizkaia. Es una zona muy alterada en su paisaje con gran proliferación de cultivos forestales de la especie Pinus radiata sustituyendo a las especies autóctonas. Este encinar es un caso de supervivencia frente a esta agresión debido a que se desarrolla sobre suelos pobres no aptos para su explotación forestal. Debido a su escasez, estos enclaves tienen gran valor como reductos de la vegetación que debería ocupar estos terrenos.



Las hojas ovaladas se parecen a las del acebo (ilex en latín), de donde toma su nombre. En ocasiones, cuando son jóvenes presentan espinas; el haz de las hojas es de color oscuro y son perennes. El envés de la hoja, de color grisáceo, presenta una serie de pelitos  finos que reflejan la luz para poder captar un capa de aire inmóvil junto ala hoja que permite reducir la evaporación. Fuente: Drori, Jonathan, La vuelta al mundo en 80 árboles, 2019, pag,48)


 Se trata de un árbol robusto con una enorme capa de ramas muy frondosas. La Península Ibérica es el lugar del mundo donde más superficie de encinar hay; se calcula que más del 70% de nuestros bosques potenciales serían encinares en época prerromana. Tiene la peculiaridad de poder ser a la vez árbol y matorral ( en este caso se la suele denominar chaparra o carrasca). Los carrascales sustituyen a los encinares tras la tala o quema, por tanto la encina se sustituye a sí misma como matorral. La encina catalana o Alsina (Quercus ilex subsp. ilex) es máscostera y necesita un clima más templado; forma encinares en Cataluña, Cornisa Cantábrica y Baleares; forma bosques mucho más húmedos y térmicos que los de la otra subespecie (Quercus ilex subsp. rotundifolia). Fuente: Blanco, Emilio, Bosque de Bosques, 1998, pags.142-143.


Las oscilaciones de nuestro clima durante el invierno, con viento sur y elevadas temperaturas, han propiciado que las primeras flores primaverales adelanten su floración. Las prímulas vulgaris, como la de arriba empiezan a colonizar pequeñas vaguadas y rincones umbríos durante el trayecto que  nos conduce al Barrio de Ereño perteneciente al municipio de Bedia en Bizkaia.

Comenzamos a subir con una temperatura agradable y cielo encapotado, pero según nos aproximábamos a nuestro destino el sol va pintando el paisaje. Lo que posibilita que las mariposas nos secunden en nuestra iniciativa y se acerquen a libar el néctar supremo de las flores que comienzan a despertar. Co le sucede a esta limonera beneficiándose del jugo del diente de león.


Sobre el suelo del encinar, el heléboro fétido, impregna el ambiente con un aroma desagradable para quienes transitan cerca de su floración. Su peculiaridad es que florece dos veces a lo largo de su vida. Una  primera vez, a la edad de 5 años, aproximadamente. Después, por última vez, al año siguiente. Tras lo cual, se extingue, desaparece

Asociado al sotobosque del encinar, le acompaña semiescondido en el suelo el rusco. Se trata de un arbusto con rizoma cuyas flores aparecen a partir de Abril sobre los cladodios. Y sus frutos de color rojizo se pueden recolectar a partir de Mayo.



El Milano Negro, Buitre Leonado, Cuco Común, Cárabo, Pito Real, Pico Picapinos, Chochín Común,  Mosquitero Común,, Herrerillo Común, Carbonero Común, Agateador Común, Arrendajo Común y Verderón Común,  son algunas de las aves representativas que se pueden oír y ver en este enclave.

sábado, 15 de febrero de 2020

ÁRBOLES FUNERARIOS


Esta entrada es una pequeña muestra representativa del rico patrimonio arbóreo que atesora el Cementerio de Bilbao. Cuando se creó en 1902, algunos de estos ejemplares eran simples retoños, mientras que en la actualidad son notables ejemplares que decoran el camposanto.

 Ubicada a la entrada del cementerio, esta secuoya gigante, sequoiadendron giganteum (lindl) Buchh ,alcanza una altura de 21 metros, con una forma cónica y de un color verde intenso. Su tronco adquiere unas dimensiones considerables. Muy fácil de encontrar, a la entrada del cementerio.




Muy cerca del anterior, dos ejemplares del Cedro del Atlas, cedrus atlántica flanquean la entrada principal hacia la Capilla. Presentan unas tonalidades verdes y azuladas. Presentan una hoja más corta con respecto a otros ejemplares de la misma especie.




 Los ciprés, cupressus sempervirens , son la especie más representativa. Los seleccionados en la imagen flanquean la entrada del cementerio, con su altura y forma de columna infinita. Sus hojas son perennes, con ramillos en forma de escama y cono más bien redondeado.



El tejo, taxus baccata, muestra ejemplares a lo largo de una avenida. Son los más longevos, pues muchos de ellos datan de cuando se estableció el camposanto.  Mantienen su color verde oscuro, con brotes jóvenes en la corteza  de alguno de ellos.




Con un porte considerable, la magnolia, magnolia grandiflora se encuentra muy cerca de la entrada principal. Cos sus hojas perennes ovadas presentan una cara verde y la otra marrón con pelusa.


Emplazado en una céntrica plaza, el laurel, laurus nobilis, da cobijo a las cenizas esparcidas de los difuntos que así lo deseen. Ocupa un espacio denominado el bosque del recuerdo, rodeado de laminas de hierro con versos de poetas vascos.


 Los arbustos, como el acebo, ilex aquifolium, también tienen su espacio en este lugar. En este caso se trata de dos ejemplares de jardinería, con su bayas rojizas, uno de ellos. 

Al lado de una tapia que cobija una placa y flores en memoria de los fusilados en defensa de las libertades del pueblo vasco, el aligustre, ligustrum japonicum  les protege de las inclemencias del tiempo. Sus hojas ovales  presentan una cara de color verde oscura  brillante y la otra más clara.

Por último, tres jóvenes ejemplares en un parterre de limonero, encina y olivo, en la parte delantera del archivo del cementerio, muestran la biodiversidad de ejemplares que alberga el camposanto.