sábado, 15 de febrero de 2020

ÁRBOLES FUNERARIOS


Esta entrada es una pequeña muestra representativa del rico patrimonio arbóreo que atesora el Cementerio de Bilbao. Cuando se creó en 1902, algunos de estos ejemplares eran simples retoños, mientras que en la actualidad son notables ejemplares que decoran el camposanto.

 Ubicada a la entrada del cementerio, esta secuoya gigante, sequoiadendron giganteum (lindl) Buchh ,alcanza una altura de 21 metros, con una forma cónica y de un color verde intenso. Su tronco adquiere unas dimensiones considerables. Muy fácil de encontrar, a la entrada del cementerio.




Muy cerca del anterior, dos ejemplares del Cedro del Atlas, cedrus atlántica flanquean la entrada principal hacia la Capilla. Presentan unas tonalidades verdes y azuladas. Presentan una hoja más corta con respecto a otros ejemplares de la misma especie.




 Los ciprés, cupressus sempervirens , son la especie más representativa. Los seleccionados en la imagen flanquean la entrada del cementerio, con su altura y forma de columna infinita. Sus hojas son perennes, con ramillos en forma de escama y cono más bien redondeado.



El tejo, taxus baccata, muestra ejemplares a lo largo de una avenida. Son los más longevos, pues muchos de ellos datan de cuando se estableció el camposanto.  Mantienen su color verde oscuro, con brotes jóvenes en la corteza  de alguno de ellos.




Con un porte considerable, la magnolia, magnolia grandiflora se encuentra muy cerca de la entrada principal. Cos sus hojas perennes ovadas presentan una cara verde y la otra marrón con pelusa.


Emplazado en una céntrica plaza, el laurel, laurus nobilis, da cobijo a las cenizas esparcidas de los difuntos que así lo deseen. Ocupa un espacio denominado el bosque del recuerdo, rodeado de laminas de hierro con versos de poetas vascos.


 Los arbustos, como el acebo, ilex aquifolium, también tienen su espacio en este lugar. En este caso se trata de dos ejemplares de jardinería, con su bayas rojizas, uno de ellos. 

Al lado de una tapia que cobija una placa y flores en memoria de los fusilados en defensa de las libertades del pueblo vasco, el aligustre, ligustrum japonicum  les protege de las inclemencias del tiempo. Sus hojas ovales  presentan una cara de color verde oscura  brillante y la otra más clara.

Por último, tres jóvenes ejemplares en un parterre de limonero, encina y olivo, en la parte delantera del archivo del cementerio, muestran la biodiversidad de ejemplares que alberga el camposanto.







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