Resulta muy conveniente pasear por nuestro entorno urbano sin prisas, agobios, desprovistos de la rutina diaria. Relajados, con muchas ganar de indagar y conocer nuevos rincones y acariciar nuevas iniciativas como las que aquí os presentamos.
No todo es cemento, infraestructuras, gentío, tráfico, ruidos, asfalto y grandes edificios. También hay que saber mirar y encontrar esas pequeñas flores que buscan sus sitio, sus hábitat en plena convivencia con nosotros los humanos. En la doble página anterior tenéis una pequeña muestra de la flora urbana que florece a nuestros pies. Recogido en el libro Flores silvestres (Ediciones SM, 1985).
Por otro lado, esta reseña extraída de la revista El País Semanal en el que nos animan a compartir la idea de los ciudadanos parisienses de adornar cada alcorque de los árboles con un incipiente jardín urbano. Se trata de conseguir una ciudad más amable, acogedora y de paso "verde". Además según aseguran en el artículo esta iniciativa ha contribuido a socializar a los vecinos de cada manzana, al intercambiar experiencias sobre el desarrollo de las plantas. Que cunda el ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario