Es época de faena. Para los que tienen terrenos privados y el turno de corta de su propiedad ha llegado. Eucaliptos, largos, espigados, alineados y en dura competencia en el terreno para sobrevivir.
Concluido el trabajo el terreno se queda abrupto, impenetrable, roto y desprovisto de vegetación, si es que la hubo en alguna ocasión, salvo algún helechal que se agarra con fuerza sobre el terreno. Con una variedad de pistas que permiten el acceso a la maquinaria pesada y que les permita maniobrar para llevar acaso su tarea. La fertilidad del mismo se pone en entredicho con una erosión negativa y sin arbolado que sujete el terreno e impida desprendimientos.
Si vamos a los datos, al censo del 2020, en Bizkaia se contabilizan 20.000 hectáreas de eucaliptales , aunque habrán aumentado ligeramente las cifras como consecuencia de las plagas que afectan a otros cultivos forestales ya citados anteriormente.
Para complementar esta entrada resulta conveniente leer este reportaje publicado en la prensa local sobre el verde eucalipto
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