sábado, 27 de abril de 2024

EN BUSCA DE LA PRESA DE ARTIBA


Resulta agradable pasear por paisajes cercanos, desconocidos que esconden una riqueza arbustiva que no cotiza en los grandes mercados bursátiles madereros El agua, es nuestra protagonista. No muy abundante, porque inmersos en la Primavera no ha llovido en demasía. La carretera se empina, con cuestas de un alto porcentaje, dignas de escalar para ciclistas con cierta cadencia. El tramo es corto, pero los alisos, sauces y fresnos, enriquecen el curso del arroyo Azordiaga. Las jaras aprovechan la umbría de las cunetas para florecer. Las mariposas liban el néctar de las flores que circundan el recorrido. El pasado minero e industrial de la zona aún conserva alguna galería abierta. Una vez coronado el trayecto, el embalse languidece sin extraños que lo perturben. Toca regresar deshaciendo la ruta para fijarse en detalles que en la subida no percibimos.

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