miércoles, 31 de julio de 2024

LA RESILENCIA DE NUESTROS ÁRBOLES

Recordamos ahora a Borges con esta frase: "No hemos sido capaces para tener el minuto diario para la tolerancia y la indulgencia" Dos vocablos que debemos aplicarlos, también en la naturaleza, y en concreto, a nuestros árboles. NO somos tolerantes e indulgentes con nuestros árboles porque:

  1. NO nos percatamos que cuando los árboles crecen forman bosques y modifican el clima de las zonas donde se extienden.
  2. NO somos conscientes que los árboles al frenar el viento y la caída del agua protegen el suelo contra la erosión.
  3. NO recordamos que son el pulmón de nuestro planeta, porque por medio de la fotosíntesis aportan a la atmosfera el oxígeno para que se desarrolle la vida.
  4. NO nos creemos que hagan posible la existencia de una gran diversidad de seres vivos, para los que resultan imprescindibles en su existencia.
  5. NO nos concienciamos que empleados deforma racional, los árboles proporcionan materias primas muy útiles  y renovables como la madera, resina, caucho, corcho y frutos. 


Estas enumeraciones anteriores muestran una relevancia de nuestros árboles, pero si hacemos memoria y nos detenemos en nuestro siglo NO conviene olvidar que su existencia es reconocida por todos, y nuestro Estado y otros entes asociados han creado organismos  especialmente dedicados a fomentar la repoblación forestal. 
Que por otra parte ha de ser equilibrada,  potenciado la repoblación de árboles autóctonos, como es en nuestro caso. un paseo por nuestro entorno más próximo, cercano y singular nos permite observar avellanos, fresnos, castaños, higueras, endrinos, cerezos, laureles, espinos, hayas, robles y abedules, por citar algunas de las especies.
¿Por qué no continuar con esta imagen tan gratificante sin altera el paisaje con tanto pino y eucalipto?
Un apunte. La fiebre del pino  produce datos significativos como el que la mitad de la provincia de Bizkaia se encuentra cubierta por cultivos  forestales de un sólo tipo de árbol: el Pino de Monterrey, una especie de origen americano de crecimiento muy rápido.... ideal para fabricar pasta de papel. Además, de las desventajas de las plagas a las que se ha visto sometida (fusarium, banda marrón), con los gastos que estas ocasionan para disminuir su propagación sobre la especie. A cuenta eso si del erario público.
Quedando patente, una vez más, que el beneficio de unos pocos se impone en demasiadas ocasiones a costa de un medio natural que es de todos.



Sin embargo, hacer algo positivo NO resulta tan difícil; además, de evitar el despilfarro económico de importantes partidas de dinero dedicadas a la causa, también existen otro tipo de acciones beneficiosas para ayudar a salvaguardar el medio, que están al alcance de todos, como PLANTAR ÁRBOLES AUTÓCTONOS.

sábado, 20 de julio de 2024

LOS ENEBROS EN CASTILLA Y LEÓN

 

Rescatamos de nuestra Hemeroteca, este interesante artículo publicado en la Revista Medio Ambiente (segundo semestre 1996) editada por la Junta de CYL escrito por Juan Andrés Oria de Rueda. Nos cuenta sus orígenes, distribución por las provincias de la Comunidad Autónoma, flora asociada, evolución de la especie y recuperación del vocablo: enebro para denominar al árbol y enebral para su monte.









miércoles, 17 de julio de 2024

EL TEJO Y LOS TIEMPOS MEJORES

Fuente: El bosque habitado (17 Julio 2016)

 ARBOLARIO. El tejo

Soy la especie arbórea más longeva del continente… Así que el tiempo parece resbalar por mi perenne follaje sin apenas despeinarme…Tan solo mis troncos vacíos revelan el paso implacable de las tormentas y los siglos y, aún así, se diría que mi fuerza y mi belleza aumentan con la edad. Si contemplas un tejo milenario comprenderás por qué soy y continúo siendo, desde tiempo inmemorial, el árbol tótem… El más misterioso y venerado de todo el panteón europeo.
Mira, desde el centro mismo de pueblos y aldeas de países y regiones enteras, presidía, con mi imponente presencia, los más señalados eventos de la comunidad… Fiestas, juicios, pactos y juramentos, asambleas o concejos de vecinos, tenían lugar al pie del “vecín más vieyu”; o sea, yo, el Tejo, el árbol gigantesco que representaba el alma común de la tribu, el lazo entre la sociedad y el territorio, la raíz, la propia identidad… No en vano, los ancestros todos, iban a reposar, al fin de sus días, entre mis raíces… Yo era su Árbol Ancestral, el Mausoleo vivo…



Aún hoy puedes ver cientos de majestuosos supervivientes de mi especie… Tejos y Tejas, más o menos avejentados y maltratados, tras el abandono de sus viejas funciones, en los lugares centrales de muchos pueblos del norte peninsular, en Bretaña y Normandía, Irlanda, Gran Bretaña… Pregúntale a Ignacio Abella, que ha escrito “La cultura del tejo”, o a los abuelos que han vivido alrededor nuestro… Te dirán que yo, el Tejo, soy más viejo que la iglesia o que el propio pueblo, que siempre me conocieron así… Los paisanos de antes no me tocaban ni una sola rama…



¿Sabías que sólo las tejas, es decir, los tejos hembra dan fruto? En fin, los tejos tenemos los sexos separados… Bueno, pues eso, que el fruto de la teja se llama arilo, tiene la semilla negra o marrón, envuelta en una deliciosa pulpa roja (que, por cierto, es la única parte comestible de éste árbol y todo lo demás, semilla incluida, es tóxico, hay que tener cuidado….). Bien, te decía que la dulzura del arilo atraía a enjambres de niños, en aquellos tiempos en los que no existían otras chucherías… A veces, podemos encontrar los arilos en una misma teja, desde agosto y hasta noviembre, para deleite de todos los golosos del bosque, como los zorzales y el tejón, que irán sembrándolos por doquier…. Ah, y qué decirte de nuestras hojas… contienen el mejor remedio conocido para la curación de varios tipos de cáncer… Así que, egoístamente, deberíais preservarnos, ¿no?
Es curioso, muy curioso que después de perseguirnos implacablemente desde tiempos remotos, por nuestra preciada madera (insuperable para la construcción de arcos y una infinidad de otras utilidades), la botánica nos describa con frecuencia como un árbol “solitario”, “raro”; habitante de los riscos más escarpados y las elevadas cumbres de las montañas… …
Lo que no sospecháis, es que, desde nuestra atalaya, los tejos esperamos, con inagotable paciencia, tiempos mejores.