Fuente: El bosque habitado (17 Julio 2016)
ARBOLARIO. El tejo
Soy la especie arbórea más longeva del continente… Así que el tiempo parece resbalar por mi perenne follaje sin apenas despeinarme…Tan solo mis troncos vacíos revelan el paso implacable de las tormentas y los siglos y, aún así, se diría que mi fuerza y mi belleza aumentan con la edad. Si contemplas un tejo milenario comprenderás por qué soy y continúo siendo, desde tiempo inmemorial, el árbol tótem… El más misterioso y venerado de todo el panteón europeo.
Mira, desde el centro mismo de pueblos y aldeas de países y regiones enteras, presidía, con mi imponente presencia, los más señalados eventos de la comunidad… Fiestas, juicios, pactos y juramentos, asambleas o concejos de vecinos, tenían lugar al pie del “vecín más vieyu”; o sea, yo, el Tejo, el árbol gigantesco que representaba el alma común de la tribu, el lazo entre la sociedad y el territorio, la raíz, la propia identidad… No en vano, los ancestros todos, iban a reposar, al fin de sus días, entre mis raíces… Yo era su Árbol Ancestral, el Mausoleo vivo…
Aún hoy puedes ver cientos de majestuosos supervivientes de mi especie… Tejos y Tejas, más o menos avejentados y maltratados, tras el abandono de sus viejas funciones, en los lugares centrales de muchos pueblos del norte peninsular, en Bretaña y Normandía, Irlanda, Gran Bretaña… Pregúntale a Ignacio Abella, que ha escrito “La cultura del tejo”, o a los abuelos que han vivido alrededor nuestro… Te dirán que yo, el Tejo, soy más viejo que la iglesia o que el propio pueblo, que siempre me conocieron así… Los paisanos de antes no me tocaban ni una sola rama…
¿Sabías que sólo las tejas, es decir, los tejos hembra dan fruto? En fin, los tejos tenemos los sexos separados… Bueno, pues eso, que el fruto de la teja se llama arilo, tiene la semilla negra o marrón, envuelta en una deliciosa pulpa roja (que, por cierto, es la única parte comestible de éste árbol y todo lo demás, semilla incluida, es tóxico, hay que tener cuidado….). Bien, te decía que la dulzura del arilo atraía a enjambres de niños, en aquellos tiempos en los que no existían otras chucherías… A veces, podemos encontrar los arilos en una misma teja, desde agosto y hasta noviembre, para deleite de todos los golosos del bosque, como los zorzales y el tejón, que irán sembrándolos por doquier…. Ah, y qué decirte de nuestras hojas… contienen el mejor remedio conocido para la curación de varios tipos de cáncer… Así que, egoístamente, deberíais preservarnos, ¿no?
Es curioso, muy curioso que después de perseguirnos implacablemente desde tiempos remotos, por nuestra preciada madera (insuperable para la construcción de arcos y una infinidad de otras utilidades), la botánica nos describa con frecuencia como un árbol “solitario”, “raro”; habitante de los riscos más escarpados y las elevadas cumbres de las montañas… …
Lo que no sospecháis, es que, desde nuestra atalaya, los tejos esperamos, con inagotable paciencia, tiempos mejores.
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