lunes, 26 de octubre de 2009

OTOÑO EN EL PAISAJE

Observado sobre el mapa, Valderejo parece una isla. Visto sobre el terreno, es un universo aparte, un valle que se asienta entre Álava y Burgos separado del resto del mundo por elevadas paredes de roca caliza. Destacan las cumbres rocas del Vallegrull(1.226 m.) Recuenco (1.240 m.) Santa Ana (1.042) y Alto de Arrayuelas (1.151 m.). Los esforzados luchadores del bosque accedimos al Parque Natural por el valle de Valdegovia, desde la población burgalesa de San Millán de san Zadornil. La carretera serpenteante nos adentró en el núcleo de la Lastra, donde se ubican los principales servicios del parque y desde donde parten todas las rutas balizadas que lo circundan. Tomamos la senda Portilla en dirección al pueblo abandonado de Ribera, un paseo gratificante de siete kilometros. La vegetación predominate es el pino silvestre con distintos rodales de quejigo y un sotobosque en el que destaca el arce campestre, aunque encontramos algún ejemplar también de arce montpellier.
Aprovechamos el trayecto para reivindicar la importancia del bosque frente al cultivo forestal. Un acto simbólico en un zona de transición, en la explanada de la senda portilla desde la que se vislumbraba al fondo del paisaje el bosque mixto en todo su explendor y a la izquierda quedaba la masa pegajosa del pino silvestre. Mientras que los bosques de las laderas son reemplazados por la vegetación ligada a la roca de las crestas , donde las pequeñas plantas enraízan en las fisuras y grietas.


Los llanos próximos a Ribera se encuentran asentados sobre un tramo margoso fácilmente erosionable que ocasiona unos suelos ricos en los que antaño medraban los quejigos. Talados estos para ganar tierras, tras el abandono total del pueblo, se han convertido en la actualidad en enormes prederas que propician forraje a la cabaña ganadera de bovino y equino, principalmente. Las antiguas calles de Ribera se ven colonizadas por ortigas, cardos,yezgos y el infrecuente beleño. Su iglesia, conocida por el nombre de San Esteban, es una edificación con bóveda de cañon apuntada, cabecera recta con ventanal protogótico y espadaña románica. En el interior, se contemplan las pinturas murales de la cabecera de estilo gótico lineal, con temas religiosos diversos, como los doce apóstoles, San Lorenzo en la parrilla y San Jorge y el dragón. Los capiteles incluyen curiosas representaciones escultóricas y en la portada aparece el tema de los caballeros a pie armados para la lucha.
Las sinuosas alineaciones de chopos y fresnos definen el trazado de los numerosos arroyos , por lo general de escaso caudal, que hacia el fondo del valle se coaligan en único tramo de agua con la necesaria energia para abrise camino a través del imponente escarpe calizo que a su paso se levanta.


El rió Purón muy encajonado actualmente, se precipita en bellas cascadas remansándose en pozas, con aguas cristalinas de colores verdosos, excarvados en las margas fácilmente erosionables , intercalas en la sucesión carbonatada. Sus orillas se pueblan de fresnos y mimbreras , mientras que el fondo plano del valle se cubre de enebros y sabinas. En el desfiladero, las pequeñas oquedades de las calizas están habitadas por helechos del género Asplenium. El frescor de este tajo natural favorece el crecimiento de un bosque mixto en el que conviven más de una quincena de especies de arbóreas diferentes (hayas, fresnos, tilos, tejos, arces, quejigos, pinos avellanos, serbales,suces, acebo, boj, encina, entre otros).
El buitre leonado es por excelencia, el amo y señor de cuantos paisajes y rqouedos se compone el Valle. En su planear, aporvecha las corrientes de aire ascendentes que se originan por el efecto solar, ppreservando de esta manera su energía, sin desgastarla en pesados aleteos. Los nidos de del buitre se encuentran ubicados en las repisas que forman los farallones calizos en desfiladeros, sierras y cortados.Por medio de unos prismáticos se pueden observar en los cortados del Vallegrull. Otras aves que frecuentan los escarpados salientes son el alimoche, el halcón peregrino y el cernícalo.
En la zona próxima a los arroyos y praderas se pueden contemplar a la lavandera cascadeña y a la lavandera blanca. En el río, además de la trucha, existe otra especie con gran dependencia del agua como el mirlo acuático. La tarabilla común y el pardillo común sobrevuelan las ramas de los árboles del bosque en busca del alimento y el descanso pertinente.
En nuestro recorrido encontramos un sapo común adentrándose entre los helechos, junto con pequeñas huellas de un trote esquivo de corzo, marcadas en el barro. Lástima que nadie se atrevió a besarle para que nos devolviera a la realidad tras una gratificante jornada.

1 comentario:

M. Inés. dijo...

Maravillosas fotos (incluida la reivindicativa) y comentario de la salida a Valderejo. El grado de profundización es cada vez mayor, ya que, invita a coger el diccionario de la RAE para saber qué es el yezgo, p.e. que desconozcía.