Comenzamos la ruta en los jardines del palacio de Murga, sede del actual Ayuntamiento de Zalla. Se trata de una finca de más de una hectárea de terreno en la que conviven una variedad representativa de árboles. Como ejemplo reseñar este tejo de la imagen superior, que según reza en el cartel que lo identifica se le atribuyen más de 200 años de existencia.Hay otros menos conocidos como el roble palustre americano y el roble escarlata, que se combinan con ejemplares de quercus robur,acebo, arce real, ciprés de Arizona y carpe, entre otros.
Continuamos por la Avda. lendakari Aguirre y tras dejar atrás el colegio de los Maristas llegamos al barrio residencial de San Pedro y a uno de los hitos importantes de esta ruta: el conjunto monumental de San Pedro Zarikete.
Este lugar se hizo famoso por sus ritos de desembrujamiento que ahuyentaban a los “malos espíritus”, y cuenta con una ermita del siglo XII, un crucero jacobeo y una fuente de peregrinos (estamos dentro del Camino de Santiago en Bizkaia), así como conun retoño ya centenario del venerado Árbol de Gernika. Tal y como se aprecia en la imagen de arriba.
Cruzamos al otro lado de la carretera y de las vías del tren parte un camino rehabilitado a la izquierda. Se trata de una antigua calzada medieval que antaño cubría la ruta desde Burceña a Balmaseda. Ésta nos llevará hasta una pista asfaltada que, paralelamente al río Cadagua, nos adentrará en el área recreativa de Bolunburu. Durante el trayecto el río nos recibe a su vera, con abundante caudal y rodeado de un bosque de galería importante, donde predomina el aliso, junto a los sauce y algún chopo disperso.
Inmersos en Bolumburu, las raíces de este misterioso árbol se agarran al terreno, fijando el suelo y nutriendo su savia de las aguas cristalinas del Cadagua que en este tramo se muestra caudaloso. La fotografía que le acompaña me trae a la memoria la frase pronunciada por Eduardo Chillida:
" Soy como el árbol: con las raíces en su lugar y las ramas abiertas al mundo".
El pequeño remolino que describe la instantanea superior no nos permite alejarnos de nuestro destino. Si se dispone de tiempo suficiente se puede cruzar el puente de madera de este área recreativa para visitar la “campa de las brujas” (a escasos 50 metros tras cruzar el puente) o el “castro de El Cerco de Bolunburu”, el mayor yacimiento arqueológico del municipio (cerca de una hora de subida).
Aquí el área de Bolunburu nos muestra su conjunto histórico: primeramente las ruinas de unas ferrerías y de un antiguo molino, y, poco después, en su parte más ancha, la ermita de Santa Ana y la Casa-Torre de Bolunburu.
Seguimos en dirección a la Herrera y por el ancho camino a izquierda y derecha de nuestros pasos nos encontramos con alguna amapola, gordolobo, violetas, hierba de San Roberto, y algún cactus que permite alguna simbiosis con los insectos que le pululan.
Continuando con la ruta nos encontramos con la Guija turberosa, notables ejemplares de adelfilla de hoja fina, violetas, rosales silvestres, zarzamora, hiedras y una significativa variedad de colores que dan tonalidad al recorrido.
Pasadas las Escuelas de Taramona tomamos un camino a la derecha de la carretera antes de cruzar el puente que nos conduce el conjunto histórico de La Mella, que dentro de un bello entorno boscoso nos muestra la ermita de San Antonio de Padua y la Casa Palacio de los Urrutia (en deficiente estado de conservación, pero importante a nivel patrimonial). Como se muestra en la fotografia superior.
No sorprende al viajero la composición de la imagen de arriba. Son dos muestras muy habituales en el paisaje de nuestro territorio histórico vizcáino. El eucalipto y la cortadeira o flor de la Pampa. Le llama la atención que se muestren las dos a la vez, una en primer plano y otra en segundo, como reivindicando su importancia y se encuentran separadas por pocos metros a un lado del camino por el que transitamos en dirección a Balmaseda.
El camino real primigenio muestra su empedrado al llegar a la entrada de Balmaseda. Tras pasar un pequeño tunel y en apenas 200 metros podemos transitar por donde lo hicieron nuestros antepasados.
Después de unos siete kilometros y medio de recorrido nos adentramos en la parte histórica de Balmaseda. En apenas tres horas y a un paso apresurado llegamos a la primera villa de Bizkaia( 1.199). Entre los edificios que se pueden visitar, destacan los arcos en los bajos de la Casa Consistorial, un edificio barróco, aunque dentro de un estilo clasicista. Y como no, el archiconocido puente viejo, el testimonio más antiguo de la Balmaseda amurrallada, frontera y aduana de paso obligatorio con las tierras castellanas en épocas pretéritas.
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