Recordando aquello de lo pequeño es bello nos introducimos en este sendero de ida y vuelta en apenas tres kilómetros de distancia en el termino municipal de Sondika. Donde el abedul es el rey de este ecosistema junto con tros individuos que os iremos enseñando si continuas leyendo.
En este terreno enbarrado despuntan con fuerza estos ejemplares de cola de caballo con importantes aplicaciones medicinales desde el punto de vista tradicional.
Prosigue el sendero en bajada, para descubrir otros árboles como acacias, robles, algún timorato castaño y sauces. Pero lo que buscamos en esta ocasión son flores. La primavera aprieta y la alternancia meteorológica de lluvias y calor propicia su incipiente floración.
Así le ocurre al Diente de León. Su característico amarillo chillón pone de moda este color dentro de este ecosistemas. Aunque otros colores también quieren marcar tendencia en esta pasarela florística improvisada.
Como es el caso de la Escila de Primavera, haciendo honor al nombre de la estación, muestras sus mejores galas durante este breve recorrido.
Otro tanto le pasa a la Estrellada, reservada, ligeramente tímida, arrinconada en un tramo del camino florece con orgullo mostrando sus mejores galas en este desfile espontaneo.
A lo mejor estas dos que vienen a continuación , para algunos, no son dignas de desfilar en esta pasarela. La de arriba es la Ortiga amarilla, provista de un apéndice carnoso blanco muy apreciado por las hormigas´. Y la de abao, la Ortiga muerta roja. No tiene pelos urticantes en su composición.
Por fin, se acerca la estrella de la pasarela. La Primavera. Muestra su adherencia sobre prados de montaña, bosques claros y taludes húmedos como es la que nos ocupa, en la imagen inferior.
Una última representante, digna de mención dentro de este hábitat local. El Rosal Silvestre, muestra sus encantos, pavoneándose en busca de un polinizador receptivo.
Para ir concluyendo nuestro periplo, abandonando la pasarela de flores nos encontramos con este brote joven de roble. Si las pisadas humanas, el tránsito de bicicletas y depredadores ocasionales se le permiten, tendrá un glorioso futuro dentro de este bosque.
Llegamos a un túnel. Del antiguo trazado de ferrocarril que unía el Txorrierri, con Bilbao. Casi cubierto por la vegetación se encuentra totalmente abnegado en su interior,por lo que no es aconsejable aventurarse en su interior si no se va provisto de una canoa y frontales.
También resulta conveniente vigilar la espalda de los caminantes. En algunos troncos de los árboles caídos se pueden contemplar rastros de otros seres que vagan por estos senderos .
Una última parada para mostrar el renacer de la vida en la Naturaleza. El fruto generoso del avellano se va germinando poco a poco, como si de un buen plato gastronómico se tratara. Buen provecho.
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