Inmersos en plena crisis del pino, con nuestras instituciones atormentadas en un mar de incertidumbre y dudas para controlar "el marrón" que se les plantea para contentar a casi todos. No olvidemos , que en primavera del próximo año hay elecciones forales y municipales y los propietarios forestales ejercen su derecho al voto, como cualquier ciudadano.
Pero lo que nos ocupa es que aún resisten en nuestro querido botxo, y en las lindes de su anillo verde reductos autóctonos, de haya, fresno , roble, abedul, acebo, y árboles viejos, verdaderas reservas de biodiversidad que muchos ciudadanos y ciudadanas desconocen. Afanados en coronar el conocido Pagasarri, trescientos metros más abajo, en Antsola se respira tranquilidad, una mirada panorámica sobre nuestra urbe, y el vuelo armonioso de una pareja de halcones. Además, de hongos y quitameriendas, presentes en la estación en la que transitamos.
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