Alrededor de veintidós kilómetros recorría el tren txiki que salía de Andoain, tras pasar por Plazaola se acercaba a la frontera navarra. En la actualidad reconvertida en vía verde este itinerario nos adentra por paisajes donde el color predominante en la estación estival es el verde. A lo largo del trayecto del paseo se suceden centrales hidroeléctricas, canales, restos de vetustas aceñas y ferrerías, además de antiguas minas.
A pocos kilómetros de Andoain, Otita concentra gran parte de los atractivos que caracterizan al valle. En este punto, cerca del río, se juntan la carretera y la antigua vía del tren de Plazaola, hoy vía verde; está acondicionado como zona de esparcimiento y es la sede del centro de acogida de visitantes centro de interpretación del agua y escuela de pesca sin muerte. Además, en sus inmediaciones está el mágico puente de Unanibia, el de las brujas. El primero de los muchos puentes que cruzan los meandrosdel Leizaran, algunos descomunales, como Auzokalte, otros discretos ancestrales, como el de Mustar.
El río recorre una veintena de kilómetros salva 400 metros de desnivel desde su entrada en Gipuzkoa por el alto de Urto hasta llegar a Andoain. Sus aguas, las más prístinas del territorio histórico, son el hábitat de truchas, anguilas, piscardos o madrillas además, de anfibios como tritones y desmanes. En sus riberas crece la aliseda mejor conservada de Gipuzkoa, que se extiende durante gran parte del serpenteante recorrido del río Leizaran y de muchos de
sus pequeños afluentes. Es por ello que el río y sus riberas conforman el biotopo protegido (76 has) mientras que el resto del valle está considerado como zona periférica (5.944,5 ha).En muchos tramos del río el bosque de ribera se vuelca sobre el curso fluvial convirtiéndose
en una auténtica galería.
en una auténtica galería.
Un pasado minero e industrial reconvertido en biotopo para el deleite de todos aquellos que se acercan a conocerlo.
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