Con frecuencia, las obras de arte suelen exponerse en lugares cerrados y fuertemente custodiados. En este caso, las esculturas son los árboles, robles y hayas, majestuosas, trasmochas, con muchas ramas y follaje, gruesos, vetustos en el tiempo y longevos en la memoria de quién los vió plantar y ahora son parte de su paisaje y paisanaje cotidiano.
Tomando como punto de partida la localidad alavesa de Murgia, en apenas kilometro y medio de trayecto ascendente se llega a la ermita de Jugatxi. Por el camino nos podemos detener a contemplar estas joyas patrimoniales, de retorcidas formas y de perímetro considerable en algunos ejemplares, que tan leña y madera ha producido para beneficio de los habitantes de esta localidad alavesa
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