Así se titula una carta publicada en el Semanal del 23 de Setiembre de 2012 escrita por Mónica Lapuente desde Duruelo de la Sierra (Soria). Unas gotas de humildad y realidad que reproducimos por la cierta transcendencia que ha tenido durante todo el estío.
Ayer, me senté con mi tío al sol. Es un viejo maderero, de los que iban con el hacho y la merienda a hacer leña y madera. Comentamos la ola de incendios. << Me pareció ver el otro día en la televisión unos ingenieros que decían que el problema es que los montes están muy sucios>> comentó.
<< ¿Sabes qué apuntan como solución? Hacer leña, limpiar el monte de maleza y que vuelvan a pastar los animales en él >>. Vi en su cara la queja que tantas veces hemos hecho en el mundo rural. Nos prohibieron que pastara el ganado, es decir, nos quitaron la ganadería extensiva.
Nos prohiboeron realizar las limpias del monte para que grandes empresas se lo quedaran por medio de subastas, nos quitaron una vez más el trabajo. Inventaron plantaciones de especies no autóctonas, llegaron los vallados, las podas, el ramaje en el suelo por tonelas que nadie limpia, nos quitaron nuestro paisaje. Nos echaron de los pueblos por paletos, sin preguntar.
<< ¿Y ahora lo que haciamos antes es la solución? >>, me pregunta. Sé que ninguno de los "expertos " les va a pedir perdón ni a los pocos que quedan ni a los que arrastraron a marchar.
1 comentario:
Ningún experto tiene tanta conciencia, sabiduría e intuición como los que han llevado en las venas a la Tierra, sus ritmos y necesidades como los que vivieron de ella, respetándola. Ojalá quede todavía algo de conciencia o ¿consciencia? en los que aún viven de la Tierra.
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