Un año después, tras el confinamiento, la primavera rebrota con fuerza. Pero en esta ocasión, las flores, árboles y arbustos de nuestro entorno más cercano se pueblan de ilustres visitantes que intentan captar sus magnificas bondades.
Resultan reconfortantes y terapéuticas sus brotes jóvenes para la vista, desprenden aromas naturales que embriagan los ecosistemas de los que mostramos una muestra representativa en las fotografías adjuntas a esta entrada.
Si contabilizamos su efervescencia en términos económicos: los cerezos, endrinos, narcisos, orquídeas, jacintos, ruscos y prímulas entre otras alcanzan un (PIB) Producto Interior Bello incalculable para proteger la naturaleza y el paisaje.
Como decía Nietzsche:
"La Naturaleza nos gusta tanto porque ésta no tiene opinión de nosotros"
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