miércoles, 28 de mayo de 2025

ATXARRE, OMA Y LEA PARA CONMEMORAR 25 AÑOS


Se trataba de celebrar. Pasarlo bien, entretenidos, rememorando viejas fábulas con más que conocidos, amigos y amigas. A los que se incorporan nuevas caras, rostros que vislumbran en su mirada inquietud ante lo que se avecina. La mejor manera de empezar es emboscarse en el encinar cantábrico de San Pedro de Atxarre, muy concurrido en la matinal sabatina. Unas vistas panorámicas imperiales sobre una reserva de la Biosfera de Urdaibai dónde NO van a imponerse los criterios mercantiles que NO van a ocupar el terreno de los antiguos astilleros Murueta como un posible emplazamiento de otro Guggenheim.
 En este entorno privilegiado nos encontramos con el aligustre, el madroño, el rusco, el espino albar, la encina, el  castaño, la zarzaparilla, la daboecia cantábrica, el roble y el quejigo. Además de diferenciar la encina cantábrica con respecto a la continental. 
La comida compartida permite formar grupos aleatorios donde  las anécdotas y recuerdos se suceden mientras se intercambian viandas. Un pequeño hallazgo, no muy lejos de dónde se comía, un laurel enraizado a un vetusto roble, como se se puede comprobar en uno de los fotogramas del audiovisual adjunto.
El paseo vespertino nos llevó al bosque de Oma. Representante en este territorio del movimiento figurativo del Land Art: corriente artística que emplea los materiales y el paisaje como escenario para sus creaciones. El beso, el rayo, el arco iris y el gigante rojo fueron algunas de las obras que llamaron nuestra atención. El primigenio bosque de Ibarrola ha sido reemplazo por este pinar (el anterior afectado por la enfermedad de la banda marrón) donde la DFB se ha encargado de costear su emplazamiento y reconstrucción con el asesoramiento de la familia del pintor euskaldún.
El zumo de la endrina y la repostería autóctona concluyeron una velada plena de lisonjas, agasajos y repaso al historial de nuestra existencia en 25 años con aciertos y errores.
El domingo el bosque de galería (fresnos, sauces, alisos, arces) en un breve tramo del río Lea dónde aparecieron en un descampado unas cuántas serapias cordigera. También encontramos en un tramo del itinerario ejemplares de taxus  con cierto porte, plantados por la acción del hombre.
La comida dominical y su posterior tertulia fue el punto final de las distintas ramas arberas. El joven tocón que en su día  surgió en el campo yermo, continua progresando,  no sólo al ritmo de la encina y el roble como difundimos en nuestra página de inicio. Ahora nos acompañan otras especies de árboles y arbustos autóctonos que propagan nuestro mensaje. Brotes que han enraizado, pero a pesar de ello seguimos  necesitando savia nueva para llegar a formar un gran bosque.



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