En las Islas afortunadas, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, La Palma, El Hierro, La Gomera sobrevive un bosque conservado desde el Mioceno. Dentro de sus entrañas habitan comunidades botánicas y faunísticas únicas con una riqueza de biodiversidad incalculable. En este reportaje de la revista Biológica (Enero 1998, nº 16) nos cuentan todos los detalles para conocer en profundidad a sus inquilinos. Los vientos alisos son los auténticos responsables de la existencia todavía de este reducto propio de otra era.
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