domingo, 30 de abril de 2023

EL BOSQUE DE GALERÍA EN BIZKAIA



 Protagonista indiscutible  del paisaje de nuestros ríos, el aliso, también existen en los márgenes fluviales, arces, castaños, olmos, fresnos, sauces, cornejos, arraclanes, representantes típicos de nuestros bosques autóctonos. Las raíces profundas del enumerado en primer lugar, proporcionan un sustento resistente que dota al caudal de un muro de contención, además de hojarasca a su cauce. Que a su vez proporciona nutrientes, a modo de alimento, a los invertebrados que pueblan su curso.
Respecto a las especies herbáceas que se asocian a este ecosistema de umbría y humedad destacan el aro, el neldo, la salicaria y las prímulas. Mientras que en los claros, saucos, zarzas, rosales silvestres  ortigas colonizan el terreno.


El entorno fluvial mantiene un importante grado de biodiversidad.. Musgos, hepáticas, helechos, equisetos y fanerógamas brotan en distintos puntos de su curso.










Las ilustraciones están tomadas del Libro Ríos de Bizkaia Editado por DFB, Bilbao (1997)
















sábado, 29 de abril de 2023

LA "CATEDRAL" DEL TEJO


Árboles venerables, ojala sigáis aquí
cuando yo ya no esté
para que mis descendientes continúen
disfrutando de vuestra silueta oscura
y de las criaturas y plantas que protegéis.

En cada huella de vuestra corteza
hay una batalla, una historia,
un recuerdo de la cultura del bosque,
de guerreros, peregrinos y pastores,
unidos, conmigo por vosotros.


Una de las mejores manchas de tejo de la Península Ibérica, por su extensión y por la antigüedad de sus árboles se encuentra en el municipio zamorano de Requejo de Sanabria. Forma parte de la Red Natura 2000 y esta catalogado como zona LIC (Lugar de Importancia Comunitaria).

En un rincón de la Sierra Gamoneda, un valle excavado por los glaciares y surcado por arroyos que terminan en el río Castro. A unos mil trescientos cincuenta metros de altitud. Sobre un suelo ácido con poca materia orgánica y mucha peñas de granito y pizarra.
En una ladera con una pendiente del 20%, orientada al norte, a la umbría, donde colisionan las nubes descargando la humedad. Con un clima de transición entre la Meseta y Galicia, lluvioso y con veranos secos y cálidos.
La masa forestal que compone el bosque del Tejedelo o Teixedelo la forman unos cien tejos de más mil años, según los estudios de crecimiento de la especie. Los más grandes tienen un perímetro de 8 metros y alcanzan los 13 metros de altura. Dispone también de un buen número de plantones jóvenes que garantizan la supervivencia de la especie.

Relevantes para todas las civilizaciones europeas, símbolos de la muerte, de la vida, de la eternidad, presentes en Iglesias, cementerios y plazas. Testigos de la validez de importantes tratados de amor eterno: quién no ha ECHADO LOS TEJOS a su dulcinea particular abrigado por las ramas de esta especie.


Significativo el dato referente a la temperatura que dentro del bosque se respira. Resultando la media estival de 17, 1 grado y la media invernal de 3,1 grado Porque mitiga el calor en el verano (2 o 3 grados menos durante el verano) y el hielo en el invierno ( 2 o 3 grados más en invierno), además de un 15 % más de humedad ambiental y unos mil milímetros de precipitaciones medias anuales.

Se trata de un bosque mixto dominado por el roble melojo y el abedul, intercalados con otra comunidad de árboles como acebo, serbal, avellano, sauce y cornejo. En su sombra inmensa florecen las plantas de montaña más singulares y es el refugio de musgos y líquenes.
Entre los vegetales viven un amplio plantel de invertebrados; en las copas se escucha el canto de las aves, entre otros: zorzales, petirrojos, carboneros, arrendajos aprovechando el alimento y el refugio que les proporcionan estos árboles corpulentos. En los agujeros de las ramas de tejo nacen las martas y los gatos monteses. Los arroyos que descienden entre las peñas acogen a ranas patilargas y larvas de salamandras. En el camino es fácil descubrir rastros de corzo, zorro y jabalí. En ocasiones, el cielo se encuentra adornado por la silueta del 
águila real.



El Teixidelo ha tenido tradicionalmente un aprovechamiento comunal: el domingo de ramos ataban ramas de teiso (tejo, teixu, teiju, teix, teixeiro, agina) a una vara larga, se adornaban con cintas de colores y caramelos para llevarlas a la Iglesia. Era cosa de mozos competían para ver quien la llevaba más alta y engalanada. Llegaban casi hasta al techo. A continuación, se bendecían y cada vecino dejaba una rama en la puerta o en la ventana para que libraran de los males a los lugareños y al ganado. También protegían de los rayos cuando se quemaban en la lumbre.
El tejo tiene la madera muy dura, con la posibilidad de romper las hachas. Se empleaba para la construcción de los ejes de los carros de las vacas, además de para cocinar y calentarse. El bosque era muy importante para las familias de Requejo, ya que vivían de lo que proporcionaba la tierra. Los alimentos para ellos y para su ganado, los combustibles, la ropa, los muebles, el material para construir las casas. Se trataba de un lugar de pastos, de leña y madera. También recolectaban ramas de abedul y bellotas de roble para almacenarlos como alimento invernal para corderos, cabras y ovejas. Los helechos, escobas y brezos se empleaban en las cuadras como cama para el ganado que después abonaba las fincas.
Con las cortezas de abedul se hacían cubiertas para proteger las colmenas del agua y antorchas para transitar de noche por los caminos. Para alumbrarse en las casas empleaban ramas secas de brezo, con la madera de abedul, roble y sauce se realizaban suelas de zapato, mangos de azada y vigas para levantar las casas.
Las cenizas de roble las empleaban para blanquear las camisas de lino, las ramas de serbal para engalonar el último carro de hierba. Los cólicos de los caballos se solventaban con varas de acebo, mientras que para aliviar la tos se empleaban las ramas de carqueixa y los dolores de vientre con arándanos. Testimonios recogidos en la voz y la experiencia de habitantes de la zona



Para acceder a este recóndito paraíso, basta con seguir las señales del sendero interpretativo que parte desde el parking habilitado para estacionar los vehículos. Un recorrido circular de 5 km. aproximadamente jalonado por pasarelas de madera para sortear regatos estacionales y escorrentias. Incluso, en las zonas de fuertes pendientes que conducen al mirador de Peñas del Veladero, desde donde se contempla una espectacular panorámica del bosque, escalones de madera hacen más fácil el acceso a este punto.

¿QUO VADIS ULMUS MINOR?


Ilustraciones de la página web olmos vivos para reconocer e identificar los tipos de olmos que existen en el geografía peninsular. Con esta ayuda resulta difícil confundirlos entre ellos.
Recuperamos de nuestra hemeroteca este frondoso articulo  publicado en el Boletín de ARBA ( nº 19, Dic. 2007)

Que ingrata resulta con frecuencia la memoria. Con la de historias positivas, fructíferas, gratificantes y alentadoras que he propiciado a todos aquellos que me rodean. Acaso no os queréis acordar de quién fue vuestro primer testigo mudo del vínculo amoroso cobijados bajo un cielo de hojas primaveral; aquellas conversaciones sobre lo divino y lo humano que entablabais bajo la sombra de mi copa en una calurosa tarde de verano; el replicar de campanas grave y pertinaz convocando a los presentes a la misa vespertina de las siete durante el frío otoño; por no mencionar mi pose estoico, rígido y premeditado soportando las altas temperaturas invernales y el espesor de la nieve en mis brazos longevos, firmes y sólidos. Componiendo la más bella silueta de una postal gélida.


En los orígenes de la Humanidad, el olmo tenía un conjunto de propiedades medicinales y curativas de valiosa importancia. No conviene olvidar que durante siglos ha sido uno de los árboles más característicos de la Península Ibérica. Con notables brotes en la práctica totalidad de los bosques de ribera hacen de él un elemento fundamental en el paisaje español. Un árbol plenamente incorporado al campo, entendido éste como un medio y modo de vida: porque su madera oscura con tonos rojizos y  fibrosa, muy resistente a la flexión, al choque y la humedad, propició la construcción de numerosas puertas de los recintos amurallados que defendieron villas y ciudades, castillos y templos de los siglos XI al XV, conservándose intactas hasta nuestros días, en algunos casos. Sin olvidar las escaleras, balconadas y puertas carreteras de las casas de labor. Su materia prima era la preferida para fabricar bancos de carpintero, borriquetas de aserrado y armazones para ruedas de afilar; además de artesas, dornajos, gamellas y pesebreras; la madera del olmo se empleaba en los carros y carretas para realizar la pértiga, las varas, las contravaras, los mozos, los cubos de las ruedas y las zapatas de los frenos; su recia madera era la utilizada en los yugos para uncir vacas, para el tornillo y la tuerca de los lagares y los cangilones de las norias; fue tallada por los principales imagineros  de todas las épocas y se empleó para realizar objetos tan diversos como los yugos de las campanas, las tajas (tablas de lavar), los juegos de bolos, y el carretón de varas de los primeros juegos infantiles .Los niños encontraban en sus ramas las horquillas de los tiragomas, y en las raíces secas, palos para fumar. Mientras que en los meses de Agosto y de Septiembre, las hojas de olmo, mezcladas  con salvado mataban  el hambre de los cerdos, a la espera de la recogida otoñal de la bellotada. La muerte masiva de los olmos comenzó en nuestro país en los años 30. A principios de los años 80 se produjo un brote más virulento de la enfermedad, ocasionado por la aparición de una especie más agresiva del hongo productor de la grafiosis. (Ceratocystis ulmi ) Durante la Primavera unos diminutos insectos perforadores de los olmos conocidos como escolítidos (que nacen en los árboles muertos por esta dolencia) salen de sus galerías transportando en su cuerpo esporas del hongo que origina la enfermedad volando hacia troncos o ramas de árboles recién muertos o moribundos en los que reproducirse. Al no encontrar cobijo en estos propagan los síntomas en las ramas de los árboles vigorosos penetrando en el árbol y se expande a través de los vasos que transportan la savia ocasionando la muerte de la planta.


De esta forma, las olmedas y los olmos centenarios que habían conseguido sobrevivir en la primera infección, comenzaron a morir de forma generalizada. A finales de 1984 se declaró oficialmente la existencia de la plaga. Actualmente, los estudios realizados por el Servicio de Protección Contra Agentes Nocivos de la Dirección General para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente dentro de la Red de Daños en Bosques, muestran que concretamente en la comunidad  de Castilla-León cerca del 100% de las olmedas existentes han estado afectadas por la enfermedad en algún momento. Además, numerosos olmos singulares de las plazas han ido muriendo en estos años, como por ejemplo, el famoso Olmo de Machado en Soria, el Árbol  Gordo de Ciudad Rodrigo en la provincia de Salamanca, las Olmas de Sepúlveda y Cuéllar en Segovia y un largo etcétera. Un síntoma de esta dolencia se puede apreciar en las ramitas que se secan en la parte alta de la copa, ya que a los pocos días de su presencia, incluso bastan unas semanas, para que la enfermedad denominada grafiosis del olmo termine con los árboles centenarios.

La plaga ha matado más de 1.000 millones de olmos en todo el mundo, convirtiéndose en la indisposición vegetal más grave conocida hasta el momento. Pascual Madoz en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid 1845-50, en los tomos correspondientes a las provincias de Salamanca, Palencia, Zamora y León, citaba la existencia de olmos, negrillos, álamos en distintas localidades de estas provincias. Castilla y León es una de las comunidades autónomas con mayor cantidad de olmos en la actualidad y en el pasado. Según los datos de un reciente censo de olmos en cada una de las provincias de la comunidad castellano-leonesa se contemplan estas cifras:

1.Palencia: 59 ejemplares

2.Salamanca: 40 ejemplares

3.Segovia: 25 ejemplares

4.Soria: 6 ejemplares

5.Valladolid: 41 ejemplares

6.Zamora: 27 ejemplares

7.León: 42 ejemplares

8.Burgos: 50 ejemplares

9.Ávila: 38 ejemplares

Diferentes estudios realizados sobre estos ejemplares muestran que la mayoría de ellos no presenta síntomas de la enfermedad, si bien algunos muestran signos de debilidad, que podrían dar lugar en un futuro próximo a la aparición de la enfermedad. Sirva como ejemplo la presencia de olmos en Ávila capital que cuento con diversos ejemplares notables en sus calles, como, entre Ávila capital que cuento con diversos ejemplares notables en sus calles, como, entre otros el Olmo de la Basílica de San Vicente y el de la Plaza del Convento de Santa Teresa.



Y otros que no han tenido tanta suerte, como el negrillón de Vellilla de la Reina, en León, que representa uno de los símbolos más emblemáticos de la localidad, a pesar de que sus raíces están secas. Bajo su sombra se reunían los vecinos en las sesiones del concejo, en el atrio de la Iglesia, denominado “adrio”. Ahora, bajo su grandes ramas en las que se ha tallado un San Roque , una velilla (Torre de vigilancia árabe), la Virgen del Camino y varios guirrios (símbolos locales) se celebran multitud de actividades.


En otras localidades, como en Ocero, Borrenes y Columbrianos, ubicados en el Bierzo leonés, sus habitantes ante la desaparición inesperada de estos estimados árboles, y con la idea de hacerlos perdurar los han conservado mediante su transformación en esculturas y tallas de la mano de artistas locales. Este enorme negrillo de Ocero ubicado en la plaza, sobre el que narran sus habitantes que en los años 40 fue necesario apearle una de sus gigantescas ramas porque llegaba al tejado de la Iglesia, distante a muchos metros. Sus vecinos guardan con cariño retratos del árbol en los últimos años de esplendor, y comentan con orgullo que cobijaba bajo su copa en los días de fiesta a todos los vecinos, orquesta incluida. Algo similar le sucedió al negrillón  de Boñar en León, antes frondoso, longevo y centenario, testigo de innumerables ferias, fiestas e historias transformado actualmente en un tronco seco de leña escultórica al lado de la Iglesia de San Pedro. A pesar de los intentos del Ayuntamiento de la localidad para mitigar su agonía, dejó de existir en Agosto de 1993. Como curiosidad de su relevancia en la comarca, existe un canto popular que dice:

“Dos cosas tiene Boñar que no tiene León: el Maragato en la Torre y en la plaza el negrillón”.

Y un último ejemplo, en pleno camino de Santiago de tránsito hacía Ponferrada, en la localidad del Acebo, sobrevivió hasta el verano de 1994 el negrillo del sagrado al lado de la Iglesia.

Sin embargo, a pesar de estos hechos comentados se ha consolidado un ambicioso programa de estudio y conservación de los recursos genéticos de nuestros olmos y la obtención de ejemplares resistentes a la afección a medio y largo plazo, por parte de las instituciones competentes. Con el objetivo de luchar contra la enfermedad, además de preservar el recurso genético que nos queda.

Reuniendo un material selectivo cercano de seiscientos olmos representativos de todas las zonas de la Península. Se han llevado acabo plantaciones e inoculaciones en cerca de ocho mil olmos y se ha logrado con esta pauta de trabajo que cerca de cuarenta ejemplares muestren niveles de resistencia aceptable a la afección. También se ha experimentado con un hongo inyectado como vacuna (verticilyum dalhiae) en individuos aislados o en olmedas singulares, inyectándose en el interior del tronco del árbol y absorbido por  el sistema vascular, produciéndose la activación de hormonas defensivas y estimulando el sistema natural inmunológico del árbol. Todavía en fase experimental sin logros contrastados. Otra experiencia que se está realizando es la de introducir la especie en zonas donde no existe la enfermedad, como las Islas Canarias ya que ésta no se propaga por medio de los frutos.

En definitiva, los entusiastas del olmo, olma, negrillo, negrilla, negrillón e incluso álamo negro, nos queda el recurso de acudir a la toponimia y conocer los numerosos pueblos denominados El Olmo, El Olmillo, Olmedo, Olmedillo, Olmedilla, Olmedillas, Valdeolmo, Fuente el Olmo, Pinilla del Olmo, Villar del Olmo, San Juan del Olmo, Negrilla, El Álamo o Alameda y seguir buscando notables ejemplares de esta especie, vivos o muertos que continúan siendo el centro de la vida y de los pueblos, el amigo que cuando se muere se le echa de menos, como a un viejo compañero.

 FUENTES DOCUMENTALES

Revista Ambienta (2002) Ministerio de Medio Ambiente, Septiembre 37-40, Madrid.

Consejo Comarcal El Bierzo (2004) Calendario árboles monumentales del Bierzo, Peñalba Impresión, León.

Domínguez, S. y Martínez, E. (2006) Exposición Los últimos olmos Ibéricos Investigación y Divulgación del Medio Ambiente, Madrid.

Revista Folklore (1989) De los Olmos de Castilla, tomo 9, II, pag. 19-22.

García Martínez, A. et al (1995) Árboles singulares de la provincia de León, La Crónica 16, León.

Madoz, P. (1984) Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid 1845-50, Edición Facsímil a cargo de Ámbito Ediciones, 9 tomos, Valladolid.

Velasco Santos, J.M. et al. (2005) Guía de los árboles singulares de Castilla y León, Caja Duero, Salamanca.


Para conocer más sobre sobre este venerable árbol, el libro de Ignacio Abella es una buena lectura para profundizar sobre  el tema que nos ocupa. Además,  el prólogo está escrito por  Emilio Blanco, y en los agradecimientos se menciona a nuestro Presidente en ARBA Simón Cortes.