miércoles, 31 de marzo de 2021

FORESTAL PRIMAVERA

Un año después, tras el  confinamiento, la primavera rebrota con fuerza. Pero en esta ocasión, las flores, árboles y arbustos de nuestro entorno más cercano se pueblan de ilustres visitantes que intentan captar sus magnificas bondades.
Resultan reconfortantes y terapéuticas sus brotes jóvenes para la vista, desprenden aromas naturales que embriagan los ecosistemas de los que mostramos una muestra representativa en las fotografías adjuntas a esta entrada.
Si contabilizamos su efervescencia en términos económicos: los cerezos, endrinos, narcisos, orquídeas, jacintos, ruscos y prímulas entre otras alcanzan un (PIB) Producto Interior Bello incalculable para proteger la naturaleza y el paisaje.
Como decía Nietzsche:
"La Naturaleza nos gusta tanto porque ésta no tiene opinión de nosotros"



















lunes, 29 de marzo de 2021

LOS ÁRBOLES SIEMPRE ESTÁN POR MEDIO


La entrada anterior  incide en la necesidad de defender y proteger nuestros bosques. Siguiendo en esta línea, en este caso reproducimos integro un articulo publicado en un diario de prensa estatal a modo de opinión. Se puede estar den desacuerdo o en consonancia con lo que se cuenta en el mismo, cada uno lo interpretará a su manera, pero lo cierto es que vivimos un momento actual de abandono de nuestros verdaderos bosques y de plantación de cultivos forestales, sobre los que se concentra la presión humana. Ante esta realidad presenta ciertos peligros desde el punto de vista de conservación de la naturaleza. Porque al no apreciar nuestros bosques autóctonos determina sus reemplazo por los cultivos forestales.


No olvidemos los árboles

La ampliación de la masa forestal española debería plantearse como un objetivo prioritario

 El cambio de modelo energético es una gran oportunidad para España. Hemos vivido un modelo, desde la revolución industrial, substancialmente basado en los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural). Pero ni teníamos petróleo, ni gas natural y el carbón se fue haciendo cada vez más pobre. En cambio, en el nuevo modelo, sustentado en las energías renovables, el viento de la historia sopla en favor de España. Tenemos espacio, sol, aire y mar en abundancia, los elementos de las energías limpias. Además, hay empresas españolas punteras en esta materia. Estamos en las mejores condiciones para ponernos en la vanguardia de la implantación del nuevo modelo energético. Podemos y debemos ser ambiciosos.

El Pacto Verde Europeo, incluido en la Next Generation EU, establece un plan de acción para caminar hacia una economía limpia y circular, restaurar la biodiversidad y reducir la contaminación, con unos compromisos concretos y exigentes para la Unión Europea y sus Estados miembros. El Pacto Verde es bueno para Europa con la finalidad de lograr una economía climáticamente neutra en 2050. Pero es especialmente bueno para España, porque nos permite estar en la primera línea de esta transición.

En el marco de la preparación del programa español de la Next Generation se están poniendo ya en marcha interesantes iniciativas sobre la ampliación de las instalaciones de energía fotovoltaica, eólica terrestre y marina, termo solar y de biomasa. También se están preparando planes en materia de transportes. Parece que, efectivamente, nos estamos poniendo las pilas.

Pero sobre los árboles veo un espeso silencio. Nadie habla de ellos. Son los grandes olvidados. Y disponer de masa forestal es esencial para la disminución del CO, para preservar la biodiversidad, para producir biomasa, para combatir el cambio climático y la desertización. Creo que tenemos que hablar de los árboles e incluirlos en nuestros programas del Pacto Verde.

La ampliación de la masa forestal en nuestro territorio debería plantearse como un objetivo prioritario. Hoy los bosques en España ocupan 18 millones de hectáreas con 7.500 millones de árboles. Representan el 36% de la superficie nacional. Es verdad que en los últimos decenios la masa forestal ha aumentado. La democracia no le ha ido mal a los bosques. Pero sigue habiendo inmensos espacios de tierras susceptibles de convertirse en masa forestal. Deberíamos proponernos un programa de forestación de dos millones de hectáreas con la finalidad de plantar 1.000 millones de árboles en un plazo de diez años. Con tal programa la superficie de masa forestal alcanzaría el 40% del territorio nacional. Me parece un objetivo ambicioso pero factible. Supondría una inversión total aproximada de 6.000 millones de euros.

Debería ser un programa nacional con la colaboración de las Comunidades Autónomas, Municipios y participación de la iniciativa privada. Disponemos de excelentes ingenieros de montes para diseñarlo y ejecutarlo. La llamada “España vacía” sería especialmente beneficiada. Generaría miles de puestos de trabajo en la España rural. Enriquecería substancialmente el patrimonio natural de España. Aumentaría las posibilidades de utilizar la biomasa como fuente de energía. Nos convertiría, holgadamente, en el segundo país de Europa, detrás de Suecia, en superficie forestal.

No debemos desaprovechar las oportunidades que nos ofrece este particular momento histórico de reconstrucción y relanzamiento. Olvidarse de los árboles, cuando estamos empeñados en el Pacto Verde, me parecería una torpeza miope. Un sabio proverbio chino dice: “el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años. El segundo momento es ahora”.

Eugenio Nasarre es vicepresidente del Movimiento Europeo de España.

El Pais 5/3/2021


viernes, 19 de marzo de 2021

¿POR QUE DEFENDEMOS NUESTROS BOSQUES?

 

Se acerca la fecha de la celebración del Día Forestal Mundial, el 21 de Marzo y desde este modesto colectivo queremos reivindicar desde estas líneas su conmemoración: 

  • Por nosotros y el resto de las tribus arberas  que trabajan en distintos puntos geográficos peninsulares luchando por nuestros árboles y arbustos autóctonos todos los días del año.
  • Porque si no lo reivindicamos nosotros, otros NO lo harán. Se limitan a actos encorsetados de plantaciones simbólicas de arboles, que en muchos casos su procedencia es dudosa de ser autóctona.
  •  Porque defendemos que un bosque es mucho más que un grupo de árboles, es un lugar donde los seres vivos han evolucionado conjuntamente, interrelacionados entre sí mediante complejas relaciones de interdependencia, desde las cadenas tróficas a la polinización de las flores, las micorrizas o la descomposición de la materia orgánica. En un bosque existen árboles y arbustos autóctonos de diferentes edades y especies, árboles viejos con agujeros que sirven de refugio a los animales y abundante madera muerta que les sirve de alimento. Un bosque es en sí mismo un ser vivo en el que todos sus miembros son indispensables.

  • Porque nuestros bosques  son muy relevantes, ya sabemos todos que purifican el aire, sujetan el suelo, nos proporcionan frutos, madera y papel, zonas de esparcimiento y otros recursos como las setas; pero no hemos caído en la cuenta de que los bosques además de recoger el agua de la lluvia que luego llega a las fuentes, la filtran y purifican, de modo que aquellos embalses que están rodeados de bosques nos ahorran mucho dinero en tratamientos e incluso el agua que bebemos es de mejor calidad. 



Por otra porte, reproducimos la misiva que enviamos a los mass-media  y que adquiere mayor relevancia en esta fecha para satisfacer nuestras demandas.

BASAJAUN NO ENCUENTRAS RESPUESTAS

Rodeado de plantaciones de pinos, eucaliptos, vías rápidas y cemento, Basajaun sobrevive en uno de los últimos reductos autóctonos que aún le quedan, milagrosamente salvado por su fuerte pendiente, suelo rocoso e inhóspito del paraje.

No entiende de grandilocuencias, conceptos científico-técnicos y vocablos complejos que se plasman en ejemplares de papel, que por cierto, provienen de aquella materia prima que él se afana en defender: LOS ÁRBOLES.

Desde su privilegiada atalaya se esfuerza por comprender a quienes solicitan en instancias forales y municipales la necesidad de reforestar con árboles autóctonos, para frenar las presuntas subvenciones a las plantaciones de pino y eucalipto. Le resulta más complejo asimilar la llegada de árboles procedentes de otras latitudes, costosos por su transporte, colocación y de difícil arraigo en su lugar de destino. Traga saliva, se muerde la lengua y continua con su azada y su saco repleto de bellotas, avellanas y otros frutos del bosque en su impagada, pero fructífera faena diaria: un acebo para el gélido invierno; un roble aquí; unos sauces y alisos por allá, cercanos al arroyo; un serbal para las pequeñas aves y un diminuto plantón de fresno para que las ovejas puedan cobijarse bajo su sombra en el estío.

Su modesta visión del bosque como un ser vivo en el que todos sus miembros son necesarios y del que no conocemos ni una mínima parte de sus imbricadas relaciones ni de las aplicaciones que nos pueden aportar a los humanos, que un día descendimos de los árboles.