miércoles, 29 de abril de 2009

¿POR QUÉ HAY QUE SALVAR EL CORCHO?

Fuente: CONSUMER DIGITAL por Álex Férnandez Mueza 02/04/09


La desaparición del uso comercial de los alcornocales implicaría considerables impactos negativos en el medio ambiente
Los tapones de corcho podrían convertirse en una reliquia del pasado. Su progresiva sustitución por tapones sintéticos y las amenazas que sufren los alcornocales, de cuya corteza se extrae el corcho, ponen en peligro su futuro. La desaparición de estos árboles supondría una serie de impactos ambientales muy negativos. Por ello, sus defensores recomiendan diversas medidas para evitarlo, en las que los consumidores también son importantes.
Los tapones con materiales como el plástico o el aluminio aumentan su presencia año tras año, y las tendencias apuntan a que cada vez serán más frecuentes. La creciente demanda de grandes productores en América, como Estados Unidos, Chile o Argentina, y el hecho de que hace unos años la calidad del corcho no fuera la idónea, permitió la introducción progresiva de los tapones sintéticos. Pero no es el único motivo que amenaza la supervivencia del corcho. Según WWF, durante las últimas décadas, políticas mal orientadas, una inadecuada gestión forestal y ganadera y cambios en las estructuras sociales del mundo rural han supuesto una degradación y pérdida de los bosques de alcornoques (Quercus suber).
La desaparición de los alcornocales supondría una serie de efectos negativos sobre el medio ambiente. La biodiversidad, no sólo del propio árbol, endémico de Argelia, España, Francia, Italia, Marruecos, Portugal y Túnez, sino de toda la vida que albergan, quedaría muy resentida. En un alcornocal con una extensión similar a la quinta parte de un campo de fútbol se han llegado a encontrar hasta 135 especies distintas de plantas. Asimismo, especies animales amenazadas y únicas del Mediterráneo, como el
águila imperial, la cigüeña, el lince ibérico, el meloncillo, el camaleón, la jineta o el ciervo de Berbería (el único ciervo africano), así como millones de aves migratorias que utilizan estos árboles para invernar, se quedarían sin refugio.
Además de la biodiversidad, el entorno natural y rural también empeoraría. Por un lado, los alcornocales, al igual que otros bosques, conservan el suelo, recargan los
acuíferos, controlan la erosión del suelo y reducen la desertificación. Asimismo, las singulares propiedades del corcho protegen al árbol y a su entorno de las condiciones extremas del clima mediterráneo, como la sequía, las altas temperaturas estivales y los incendios.
Por otro lado, la desaparición de alcornocales conllevaría un incremento aun mayor del
despoblamiento rural y de los usos insostenibles de dichas extensiones. En la actualidad, España cuenta con alrededor de una cuarta parte mundial de alcornocales, ubicados principalmente en la costa mediterránea, Andalucía y Extremadura.
La lucha contra el cambio climático también se reduciría. El alcornocal "secuestra" el dióxido de carbono (CO2), un efecto aun mayor gracias al corcho. Según WWF, que ha puesto en marcha una campaña para salvar este material, el uso comercial del alcornoque produce cinco veces más corcho que un ejemplar intacto, lo que aumenta la absorción de CO2.
Por su parte, el Instituto del Corcho de la Junta de Extremadura (Iprocor) se apoya en varios estudios "independientes" para afirmar que la fabricación de mil tapones de corcho emite menos de cinco kilos de CO2 a la atmósfera, mientras que la misma cantidad de tapones de plástico y de rosca de aluminio supone más de 16 kilos y 37 kilos de CO2, respectivamente. En este sentido, un estudio de PricewaterhouseCoopers para la empresa corchera portuguesa Amorim señala que la fabricación de un tapón de plástico y uno de aluminio suponen, respectivamente, 10 y 25 veces más gases de efecto invernadero que un tapón de corcho. Asimismo, los tapones de corcho son totalmente reciclables y biodegradables, causando un menor impacto que los de plástico y aluminio.
Cómo salvar el corcho y los alcornoques
Las medidas para evitar la desaparición de los alcornoques y el corcho son muy diversas:
1. Concienciación de la industria vinícola, para que siga utilizando tapones con este material, y de la industria corchera, para que mantenga y mejore su calidad. Según WWF, la supervivencia futura de los bosques de alcornoques descansa en gran medida en el mercado del tapón de corcho.
2. Protección, restauración y mejora de la gestión de los alcornocales. Por ejemplo, el sello del Consejo de Administración Forestal (FSC) certificaría los corchos que se han producido en bosques con una gestión social y ecológica responsable. El año pasado, la productora de tapones Espadán Corks y las bodegas Dagón, que utiliza tapones de la corchera Oret Subericultura, fueron las primeras empresas del sector en recibir el certificado FSC de toda Europa. Por su parte, la industria corchera ha puesto en marcha el Sistema de Certificación del Código Internacional de Buenas Prácticas Taponeras (Systecode), para garantizar la calidad del corcho.
3. Creación de una ecotasa para gravar los tapones más perjudiciales con el medio ambiente. Se trata de una idea de Iprocor, que lo ha solicitado a la Unión Europea (UE).
4. Elaboración de más investigaciones para mejorar la calidad de los alcornoques. Por ejemplo, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) y la empresa Tragsa han creado una técnica para seleccionar y conservar embriones de alcornoque de calidad, de manera que permitan regenerar los alcornocales.
Por su parte, los consumidores tienen también un importante papel, ya que pueden elegir botellas con estos tapones o productos con dicho material, especialmente los que lleven certificados de calidad y sostenibilidad ambiental, como el FSC o el Systecode. Asimismo, también pueden apoyar las iniciativas que tengan como objetivo conservar y mejorar estos hábitats únicos y denunciar posibles usos inadecuados de los mismos.
Beneficios del corcho para la economía y la salud
La utilización del corcho genera otros beneficios además de los medioambientales. Sólo en España, segundo productor de corcho tras Portugal, hay registradas unas 600 empresas dedicadas a la fabricación de productos con este material, que dan empleo a unas 3.000 personas. Sus responsables recuerdan que la producción del corcho, una vez cada 9 a 12 años, se obtiene por descortezamiento, sin cortar ni dañar al árbol, que puede vivir entre 170 y 200 años.
Si bien la producción de tapones ocupa mayoritariamente a este sector, con un 85% del volumen de negocio, industrias tan diversas como la naval, la de maquinaria, la vidriera y cerámica, la de la construcción, la química, la farmacéutica, la del calzado o la imprenta utilizan el corcho por sus propiedades aislantes, su ligereza o su flotabilidad. Incluso la NASA ha utilizado corcho en algunas misiones espaciales. Asimismo, los alcornoques son la base de diversas setas y plantas silvestres muy apreciadas, y su fruto, las bellotas, son el alimento de los cerdos ibéricos que dan lugar a los famosos jamones.
Por otra parte, los defensores de los tapones de corcho recuerdan que permiten la maduración del vino y que no son los causantes de que se pique. También aportan diversos estudios recientes que señalan la capacidad del corcho para mejorar el sabor del vino y para transmitir ciertas propiedades que contribuirían a reducir el riesgo cardiovascular y retrasar ciertas enfermedades degenerativas, aunque reconocen que sus efectos finales están aún por investigar. En cualquier caso, afirman que la gran mayoría de los consumidores prefiere el tapón de corcho frente al de plástico, según diversas encuestas internacionales

ANIMALES ENVENENADOS


FUENTE: Consumer digital por Alex Fernández Mueza 19/4/09


El uso ilegal de cebos con veneno es la mayor causa de mortalidad conocida para al menos cinco de las especies ibéricas más amenazadas
Las organizaciones SEO/BirdLife, WWF y Ecologistas en Acción han denunciando recientemente diversos casos de animales muertos presuntamente por el uso de cebos envenenados. Precisamente es ahora, en primavera, cuando más casos se producen, coincidiendo con la reproducción de las especies cinegéticas. Los responsables de estas ONG aseguran que esta práctica, a pesar de constituir delito desde hace años, aún está "lejos" de erradicarse. Según estas asociaciones, el veneno actúa de manera indiscriminada, poniendo en peligro a especies de todo tipo, algunas de ellas en situación vulnerable o en riesgo de extinción.


El informe "El Veneno en España" de WWF señala que el uso de cebos envenenados es la mayor causa de mortalidad conocida para al menos cinco de las especies más amenazadas de la fauna ibérica, aumentando más si cabe su riesgo de extinción. El estudio, que recoge datos desde 1990 a 2005, indica que afecta especialmente a especies de aves rapaces carroñeras que conservan en España sus últimas poblaciones europeas, como el buitre negro o el alimoche. Asimismo, diversas especies vulnerables, como el milano real, o en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica, el quebrantahuesos o el oso pardo cantábrico, también están siendo particularmente dañadas.

El informe señala a Andalucía como la comunidad autónoma con más casos detectados (1.070 y 2.116 ejemplares de fauna envenenados). La segunda región es Castilla y León (573 casos y 1.683 animales recogidos muertos); Castilla-La Mancha figura como la tercera (496 y 1.089); y, en cuarto lugar, Aragón (270 y 518). No obstante, este número representaría una parte muy pequeña de la mortalidad real: WWF estima que, dependiendo del grado de seguimiento dedicado a las distintas especies amenazadas, los hallazgos no pasarían del 15% de la mortalidad real en el caso de las especies más escasas y sometidas a un mayor control.
Carlos Cano, coordinador del Programa contra el Veneno de WWF, explica que el uso de cebos envenenados se ha utilizado en España desde hace más de un siglo con el objetivo concreto de eliminar predadores. Sin embargo, el veneno afecta indiscriminadamente por igual a especies predadoras, carroñeras, omnívoras (como jabalíes o tejones), o a animales domésticos, principalmente perros.
Por ello, como señalan desde Ecologistas en Acción, a finales de los años 60, las principales poblaciones ibéricas de aves carroñeras y grandes águilas (real e imperial) se encontraban, probablemente, en el momento demográfico más bajo de su historia. Finalmente, el uso de veneno fue declarado ilegal en 1983, lo que permitió en los años posteriores la recuperación de las especies más sensibles.
Sin embargo, el experto de WWF asegura que a principios de los 90 volvía a incrementarse el uso de veneno en cebos, ligado casi siempre a cotos de caza menor y dirigido principalmente contra zorros, otros carnívoros y córvidos, al ser competencia por las piezas de caza. Por otra parte, en algunas regiones de España, aunque en menor medida, esta práctica está vinculada a la ganadería, para controlar los daños de la fauna salvaje a los rebaños. Ecologistas en Acción también señala la creciente escasez de caza menor, básicamente atribuible al deterioro de sus propios hábitats, al crecimiento incontrolado de la presión cinegética, así como a las sucesivas enfermedades del conejo.
Las razones de este nuevo repunte, que todavía se mantiene, según Cano, responden principalmente a la impunidad de los envenenadores, amparados en la falta de vigilancia, de sanciones u otras medidas disuasorias. Asimismo, el experto de WWF señala que, a pesar de estar contemplado como delito en el Código Penal, no se ha elaborado una adecuada normativa: sólo Andalucía, y en menor medida Castilla-La Mancha, han avanzado en estos aspectos. Por su parte, Ecologistas en Acción añade la facilidad de acceso a los potentes productos tóxicos utilizados (plaguicidas agrícolas o forestales).

Medidas para combatir el uso de veneno

Las principales organizaciones ecologistas españolas se unían hace más de una década para poner en marcha el Programa Antídoto. Sus responsables subrayan que para hacer frente al uso ilegal de cebos envenenados son necesarias tres vías de actuación: recopilación de información y casos; interposición de denuncias y seguimiento judicial; y sensibilización y concienciación social.
Asimismo, sus impulsores recuerdan que es imprescindible la aprobación de los planes regionales contra el veneno, una medida que corresponde a las comunidades autónomas, si bien señalan que las instituciones estatales también deberían desarrollar la normativa básica que cubra las lagunas legales de la mayoría de ellas.
En concreto, los expertos de estas ONG argumentan que los planes deberían servir para mejorar la información, la prevención y vigilancia, y para aplicar las medidas sancionadoras y disuasorias necesarias. Por ejemplo, se recomienda la creación de patrullas móviles de agentes especializados en la lucha contra el veneno; la especialización de las fiscalías de medio ambiente, dotándolas de los medios necesarios; o el establecimiento de mecanismos que garanticen que tanto la vía administrativa como la penal lleguen hasta el final.

En cualquier caso, los impulsores del Programa Antídoto reconocen haber contado con la colaboración de distintas instituciones, como el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), la Fundación MAVA, la Fundación Biodiversidad (adscrita al MARM) o la Federación Española de Caza.
En este sentido, recientemente se han dado a conocer algunas iniciativas interesantes. Por ejemplo, el Gobierno de Aragón, la Junta de Andalucía y el Parque Nacional italiano Gran Sasso y Monti della Laga pondrán en marcha un proyecto europeo LIFE para luchar contra el uso de venenos. Una de las medidas será la formación de equipos especializados. Por su parte, la Fundación Biodiversidad y la Fundación para la Conservación del Buitre Negro han elaborado un DVD dentro del proyecto "SOS Veneno. Acciones contra el uso del veneno en España y Portugal" que ambas instituciones desarrollan conjuntamente.

EL LENGUAJE DE LA TIERRA ES POÉTICO


14 de abril de 2009.- Del Blog Tierra de Joaquín Araujo


La poesía es el lenguaje que supera al lenguaje porque nos desborda en las dos direcciones de la flecha del tiempo. Precede y sucede a la comunicación y por tanto la completa. Es como la vida, cuando entendemos a la misma como ciclo, como dinamismo que dice pero que su significado siempre nos resultará mayor que la suma de todo y de todos los vivientes. Y como lo que hace, es decir comunica, acompaña, asegura y promete más vida.
Patente intención encontramos en la Natura, de ligar, pero de forma directa, sin intermediarios, como pretenden los sistemas trascendentes, la ciencia o las actividades extractivas. Nos deja que sean nuestros cuerpos y en los ojos de todos los que podemos mirar, cara a cara, a los hijos de la luz, a todos los vivos.
Aquí andan al descubierto los elementos esenciales para la transparencia del sentimiento. Es como la esencial sangre, que no descansa y no la vemos, ni tocamos, el aire, su luz, el agua, su frescor, son los aliados fieles del sentimiento de la Naturaleza, del esencialmente poético contemplar al mundo y pretender narrarlo, sin conseguirlo jamás en su totalidad.
Palabras nómadas, exploradoras de todos los rincones, de las intimidades que fundan y fecundan incesantemente al porvenir.
Agua y luz forman el contorno del todo. Desde la forma al sentimiento. Desde el poema a la lectura del mismo.
Si la poesía es siempre diálogo entre lo que es y como lo sientes, el mundo natural tiene mucho de la conversación de los primeros poetas, que no son otros que el limpio encuentro del agua con la luz y de ambos elementos con nuestros ojos.
Luz mojada, agua que tirita entre el crepitar de la luz, animales que palpitan, plantas que brillan. Ésta es la de lo espontáneo: un encuentro con el tiempo y el espacio anterior a nuestras formas de medios. Una dosis de eternidad, pues. Una eternidad amenazada. No podemos olvidar que si sigue la destrucción también se acabarán los poetas.

martes, 28 de abril de 2009

LA MEMORIA DEL BOSQUE


Julio Llamazares del libro EN BABIA Ed. Seix Barral, Barcelona 1991 pags.102-104.

Cuando un bosque se quema, no solamente arden entre las llamas árboles, pastos y matorrales. Cuando un bosque se quema, arde también la memoria del bosque y esa parte de nuestra memoria que está llena de árboles que son recuerdos y recuerdos que crecen entre la niebla como los árboles. Cuando un bosque se quema, las autoridades valoran únicamente las pérdidas materiales, pero se olvidan siempre de ese mundo primitivo y silencioso que yace bajo las brasas y que no por ser invisible es para algunos menos valioso e importante.
Para los que nacieron en las ciudades y por sus calles caminan y viven día a día hasta su muerte, el bosque es sólo, quizá, un conjunto de plantas y de árboles de desconocidos nombres y de rendimiento económico dudoso. El automovilista urbano que, sólo o con su familia, circula a través de un bosque o, en tardes de domingo o de verano, se sienta bajo sus árboles a cocinar su paella y a dejar pasar la tarde, no ve más en torno suyo que una sucesión de troncos y un entramado de ramas que, en el mejor de de los casos, aportan cierta armonía, alguna fruta silvestre, y sobre todo, su sombra. Pero, para quienes nacimos y crecimos en el bosque (y entiendo el bosque ahora como algo más extenso que su concepción botánica), el bosque es algo más, mucho más que una sucesión de árboles.
Para quienes nacimos y crecimos en el bosque y entre sus sombras tenemos nuestra primera memoria y nuestra voz más lejana, el bosque es ese espacio privado y familiar, por más que inhabilitado, que guarde nuestros recuerdos y los de nuestros antepasados. Un humus de recuerdos superpuestos que crece con el del bosque y fermenta día a día bajo el peso de la lluvia y de los años. Por eso, cuando ese bosque se quema, cuando el espacio aquel inhabilitado y mágico que alguna vez recorrimos al hilo de aventuras infantiles o acompañando a nuestras familias en sus trabajo desaparece para siempre entre la nómina anónima de los incendios forestales de cada año, nosotros no perdemos solamente un conjunto de árboles y plantas, sino también la madeja de recuerdos y deseos que quedaron desde entonces enredados en sus ramas. De la misma manera que alguien pierde mucho más que las paredes y muebles cuando se quema su casa o que los lisboetas, por ejemplo, perdieron más que un conjunto de edificios en el incendio del Chiado.
Pero no sólo nosotros, los que nacimos y crecimos en el bosque y a él seguimos unidos a través de los recuerdos o el trabajo, perdemos nuestra memoria cuando desaparece de pronto devorada por las llamas. La humanidad entera tiene en él su voz primera y, aunque muchos no lo sepan, también pierde su memoria primigenia, su cultura más antigua, en el fuego que consume nuestros bosques cada año.
Allí, en el silencio umbrío e inhabilitado de los bosques, nació la historia del hombre. Allí, entre la bruma verde e indescifrable de los árboles, nacieron las religiones, la música, las leyendas, los sueños de libertad y la desesperanza. Y allí siguen, fundidos con el silencio, flotando con la bruma de cada tarde y esperándonos. Muchos ya no lo saben. Otros, por gracia o desgracia, recordamos todavía el eco de las voces de los árboles que aprendimos a escuchar en nuestra infancia. Pero todos los hombres, lo sepamos o no, lo queramos o no, perdemos mucho más que un pedazo de bosque cuando este arde cualquier día de varano y en su lugar aparece un espacio calcinado y solitario, también mudo, también quieto e inhabitado, pero incapaz de guardar nuestros recuerdos ni de seguir alimentando la memoria de una especie que en él tiene su origen y su última morada.


martes, 21 de abril de 2009

BONSÁIS ¿ARTE O MUTILACIÓN?


Fuente: CRÓNICA VERDE por César Javier Palacios 17 de Abril


Bonsái significa “naturaleza en bandeja”, pero en realidad son ancianos mutilados servidos en bandeja.
En China, de cuyos templos taoístas es originaria la técnica de lograr enanos centenarios, también existía la costumbre milenaria de deformar los pies de las niñas desde su nacimiento para dejarlos mínimos. Entonces les parecía bonito y hoy por suerte están todos de acuerdo en que era una salvajada. Sin embargo, seguimos haciendo lo mismo con los árboles, reducirlos a la mínima expresión de su confinamiento en macetas por meros motivos estéticos.
Y yo, que amo a los árboles como son, grandes y pequeños, lejos de tiestos, no entiendo esta afición de amputaciones a tijeretazos que muchos consideran un arte.
La última barbaridad se ha perpetrado en Asturias. Allí un leonés aficionado a meter en palanganas a los árboles para disfrutarlos en el cuarto de estar de su casa descubrió un pequeño tejo centenario (Taxus baccata) en lo alto de un roquedo solitario. Tras 800 años de desigual lucha contra los herbívoros, el valiente ejemplar había logrado sobrevivir gracias a una sorprendente adaptación. Se había transformado en un veterano diminuto. Era una joya natural, minimizada por el ataque constante del diente de cabras y ciervos. Hasta que llegaron los amigos de los bonsáis y decidieron “rescatarlo” de la montaña, convirtiéndolo en un Yamadori.
Podado por el famoso especialista Kevin Willson, quedó reducido a 70 centímetros de altura. Bello por naturaleza, el pobrín fue inocente protagonista del XXV Congreso Internacional de la Asociación Europea de Bonsáis, celebrado el pasado mes de marzo en Lorca (Murcia).
Arrancado de Picos de Europa para acabar en un plato, sigo sin entender dónde está el arte de semejante destrozo. Por suerte no soy el único. Mi amigo Ignacio Abella, una de las personas que más saben de árboles en España, está escandalizado, indignado, y ya ha denunciado este rapto a la Guardia Civil, pues el tejo está protegido. Lo que más le enoja es que no se entienda cuál es el importante papel de estos viejos diminutos en el medio natural y se piense que arrancándolos, expoliándolos, les hacemos un favor.
¿Cuántos intentos de bonsái se mueren entre las tijeras de podar? ¿Cuántos siglos de vida le habremos robado a éste y otros excepcionales seres vegetales como él? ¿Tan difícil es disfrutar de la Naturaleza como es, sin intentar mejorarla, lisiarla o secuestrarla?

martes, 14 de abril de 2009

SUSPENDIDA LA EXCURSIÓN DEL DOMINGO A ORDUÑA


El domingo 19 de Abril estaba previsto una salida primaveral por la zona de Orduña que ha quedado suspendida. El martes 21 os recordamos que hay una proyección de la película Génesis. Intentaremos retomarla para más adelante.