sábado, 26 de abril de 2014

ENCINAS, PATRIMONIO Y PAISAJE DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE BOÑAR

En Felechas hay un árbol.
En Grandoso cae la hoja.
Y en la villa de Boñar la flor de mozos y mozas.
Tradición oral


Nos hacemos eco de la tradición oral para adentrarnos en una ruta en la que combinaremos patrimonio en su doble vertiente: cultural y natural. Iniciamos el camino en el pueblo de Grandoso y concluimos en él. Se trata de un itinerario circular que también se puede comienza y acabar en cualquiera de los  otros dos pueblos por los que discurre.


Nuestra primera para nos conduce hasta la Ermita de la Encarnación. Ubicada en un alto del municipio de Grandoso se encuentra rodeada de árboles, lo que propicia la tertulia a la sombra en los días calurosos a la salida de  misa.


Recorridos unos 200 metros desde nuestra primera parada nos adentramos en el encinar de Grandoso.  La zona de transición entre la región atlántica y la mediterránea que comprende este término municipal hace que el bosque se encuentra representado por la subespecie ballota o rotundifolia caracterizada por tener hojas más pequeñas, ovaladas y con peciolo más corto que la variedad característica de las zonas costeras (subespecie ilex)

La mancha de encinas llega hasta la localidad próxima de Colle. Para los locales el paraje es conocido como el Encinal asentado sobre un resalte calizo que recorre de sureste a noreste las faldas del  monte Laeralagua, alcanzando por el este el valle del arroyo de Colle y atravesado por el oeste por el arroyo de Cabanillas.

Sobresale por el magnífico porte de sus encinas, como puede observarse en la fotografía de arriba.Originando una formación abierta y adehesada, más propicia de  de comarcas llanas y sureñas de la meseta. La etnobotánica también tenia su repercusión en los paisanos de la zona. La bellota se recogía como sustento para los animales pero a su vez se empleaba para hacer café de bellota al tostarlas sobre la chapa de la cocina de carbón. Otro uso diferente al que se le daba a la madera era para elaborar las bolas semiesféricas que se utilizan en el  juego de los bolos leoneses. Continuamos viaje. Vamos arrinconando la primavera entre las flores de la orchis de la imagen superior. Guardándolas en la retina de la mirada para que no me las puedan hurtar.


La ermita de san Ramón Nonato data de 1815, aunque antes tuvo otro emplazamiento en la localidad de Colle. En la fiesta patronal de la localidad el 26 de agosto acuden ante el patrón de los recién nacidos y las embarazadas, padres con sus hijos que son bendecidos y presentados ante el santo. Y mujeres encintas para pedir por un buen parto.

Antes de llegar a Colle nos encontramos con la Iglesia de San Vicente Mártir fechada en el siglo XVI mayoritariamente. Lo mas relevante de su estructura se encuentra en el imafronte, tratándose de una portada románica. Compuesta por dos arcos de medio punto en roscas descendentes, destacando bajo la imposta dos columnas con capiteles decorados con motivos geométricos.

Nos acercamos a las gélidas aguas del arroyo que atraviesa Colle. En primer plano brota ligero, flexible y resplandeciente un joven ejemplar de ulmus m. Cuya representación mas notoria se encontraba en Boñar, con su negrillón en la plaza, testigo mudo de la vida cotidiana a lo largo de los años que permaneció vivó. Afectado por la grafiosis, en la actualidad es una escultura representativa de lo que en su día fue.

Los árboles frutales que nos encontramos durante el recorrido muestran sus flores blanquecinas , tentadoras para los insectos y mariposas que revolotean por ,las inmediaciones. Cerezos silvestres, perales, manzanos y endrinos componen una estampa primaveral digna de visita. Recordando aquello de que para descubrir no basta con mirar.

Buscamos la sombra ante el sofocante calor primaveral. Acudimos a un pequeño canal de regadío a la salida de Colle. Entre la vegetación descubrimos esta curiosa planta con flor. Hojas parecidas a la ortiga pero de color rojizo y con flores diminutas rosas.

Antes de abandonar este pequeño oasis apreciamos  el salix atrocinerea con sus brotes recientes y una hormiga colonizando su territorio en busca de sustento, al igual que  nos sucede a nosotros que nos acercamos a Felechas  para comer.

El patrimonio etnográfico leonés adquiere una de sus notables representaciones por medio de los tres hórreos  situados en la plaza de Felechas. De estilo leonés, caracterizado por su pequeño tamaño y su armazón de tablas horizontales. Entre las peculiaridades de los mismos destacan el alto número de pies o pegollos que sustentan la estructura o la cubierta a tres aguas que presentan dos de ellos y que se corresponde con una planta ligeramente rectangular. Por ora parte, se cuenta, se narra que en uno de ellos se almacenaban los diezmos y primicias que el pueblo pagaba a la iglesia.


En el pórtico de la iglesia de San Martín de Tours descansamos y reponemos fuerza. Se trata de un templo renacentista de formas cuadrangulares con una altiva espadaña a los pies y pórtico en el muro sur  que descansa sobre tres columnas de piedra.








Tras reponer fuerzas  proseguimos camino hacia el punto de partida. A la salida de esta ultima localidad obtenemos una imagen panorámica del recorrido. Los componentes abiótiocos, bióticos y antrópicos del paisaje de este lugar son captados por nuestra fotografía. Son el complemento esencia que nos permite pormenorizar en este paseo matinal desgranado en esta breve crónica. Nosotros avanzamos con nuestra labor divulgativa, de camino en camino , de flor en flor, como esta mariquita de la instantánea, libando entre todas fuentes posibles.

viernes, 25 de abril de 2014

PAISAJE DE LAS BRAÑAS DE CALDAS


La luz siempre aparece al final del túnel. Atravesamos la oquedad enclavada por debajo de la autopista que comunica León con el Principado de Asturias para adentrarnos en un terreno de pastos de alta montaña. 


Para conocer el terreno un buen mapa de la ruta que nos permite interpretar los distintos hitos que nos vamos a encontrar. Transitamos por cotas entre los 1.200-1.500 m. de altitud. Donde lo primordial del entorno es agudizar nuestros sentidos: vista, oído y olfato, principalmente.

El convenio Europeo del paisaje  reconoce en uno de sus principios la importancia del interés general cultural, ecológico, medioambiental y social. Escritos en la roca como el de la imagen atestiguan uno de estos valores ocultos en el medio físico.

El agua del arroyo de Cacabillos discurre con sublime fuerza paralelo al camino de la ruta. El deshielo invernal favorece el aumento del caudal proporcionando un estruendo notable en improvisadas cascadas.

A primera vista, nos encontramos con el robledal del Enjenal, por el que cruzaremos tras un subida prolongada. La cubierta vegetal muestra todavía la dureza de la estación invernal. Desprovistos de la hoja que necesita una cantidad mayor de calor y de sol sobre el suelo silíceo sobre el que se asienta.

Braña de Gameo abandonada y colonizada por la vegetación. Unas construcciones sencillas de planta rectangular y cubierta a dos aguas. En su interior se alberga el ganado , con  la excepción de un pequeño cuarto denominado tresfuego, que cobija a los pastores.

Cercano a la braña anterior aparecen distintas manchas de acebo. Sustento muy apreciado para los ungulados que habitan por la zona. Destacan por su porte arbustivo algunos de los ejemplares que aparecen diseminados a lo largo del camino de regreso.
Paisaje de alta montaña contemplamos al volver la vista atrás. Numerosos neveros resisten los calores primaverales sobre las imponentes paredes calizas totalmente verticales. Refugio de una flora muy peculiar que debe someterse a las duras condiciones de vida del lugar.


Un ejemplo Narcissus triandrus, sub. triandrus una de las especies con flores péndulas detiene por un instante nuestro paso.

Esta otra Prímula veris con flores amarillas de color oscuro y cáliz inflado.


También la Corydalis bulbosa que presenta racimos con 10 a 20 flores.
Por último,el brezo con su inflorescencia terminal tipo racimo.


La interrelación entre los distintos elementos que componen este hábitat adquiere su máxima representación  en la anterior instantánea, para nada premeditada ni preparada. Musgo y líquenes rodean la rama del árbol caído . Nada es superfluo en la Naturaleza.

Un alto en el camino. Tallo, ramas y brotes verdes novísimos de este ejemplar al borde del arroyo llaman nuestra atención. En aras de la supervivencia de esta especie alguien se ha procurado algún esqueje para arraigarlo en otro terreno

.

Las vistas panorámicas a lo largo del recorrido son impagables. la tranquilidad del entorno nos lleva a trasladarnos de forma figurada al pasado. Las brañas  lejanas las imaginamos pobladas y en perfecto estado, cosa que ahora no ocurre. Los pastos que observamos repletos de ganado que corretea libremente cubierto por el manto de las nubes. Ahora distintas especies arbóreas colonizan el pastizal. Paisanos que  transitan de una morada a otra en busca de conversación con su vecino. Mientras que en este instante el silencio es absoluto, ningún alma transita por este núcleo rural síntoma del abandono e ilustrativo ejemplo del éxodo rural.

Es la hora de reponer fuerzas, una parada obligada para aflojar el peso de la mochila. Atenta a mis movimientos posa de perfil y de lado esta mariposa. Como buena representante del estado de conservación del lugar. Aquello que se conoce en los animales y las plantas con el término de bioindicador. Cumpliendo una faceta importante dentro del ecosistema: la polinización de las plantas que lo habitan .



Concluye el viaje por estas tierras abnegadas por el embalse de Luna. Uno más de los hay en la provincia de León. Tomamos el camino fácil para regresar a la ciudad, atravesamos el puente de la autopista que nos devuelve a la realidad. Nos quedamos huérfanos del paisaje aunque intentamos microrizarnos con él.


sábado, 5 de abril de 2014

PRIMAVERA SOBRE LA VÍA VIEJA DE AYARZA

 Todavía quedan vestigios en el camino de los postes del tendido eléctrico. El ferrocarril que unía las localidades de Sondika y Mungia mantiene su encanto en un pequeño tramo de apenas un km. en el barrio de Ayarza en Loiu.

Subimos al tren imaginario en el vagón de cola. La vista que percibimos a través de nuestra retina es la de un túnel frondoso al final del camino.La vegetación exuberante a ambos margenes nos sumerge en un mundo de frescor, penumbra y sombra.

 El fruto de la zarzaparrilla,maduro, color vino desprende una lágrima, en esta caso dulce ante el esplendor primaveral que le contempla. Árboles y arbustos  ofrecen sus primeras y tiernas hojas moldeadas rodeados de un aire claro, despejado que invita a la nueva vida biológica.


Brotes jóvenes, tiernos y bisoños pueblan el paisaje. Fresnos de Bizkaia, serbales, sauces, robles e incluso algún madroño camuflado entre ellos, alegran la vista de los viajeros en este tránsito primaveral. Es la alegre orquesta de las aves desgañitándose en sus cantos y llamándose para hacer el nido sobre alguna de las especies anteriormente citadas.

 La vía de un único sentido mantiene el encanto de tiempos pretéritos. La velocidad de paso la impone cada uno a su ritmo, lento o más rápido. Nos deslizamos  como las gotas de la imagen no perdiendo detalle de lo que nos rodea. Para no obviar los detalles superficiales que envuelven el camino.


Incluso bajamos la mirada a límites insospechados, a ras de suelo. Pensando en la hora de la comida encontramos estas hojas tiernas, jugosas y sabrosas que nos servirán para elaborar un ensalada casera. La Naturaleza siempre se nos muestra agradecida.


La sonrisa alegra de la primavera cubre de flores los  campos, jardines, veredas y caminos. Blancos electrizantes, amarillos chillones, rosas pálidos, azules turquesas, dotan de colorido nuestro paseo.

El horizonte despejado, las nubes desplazándose con su característica parsimonia y los árboles creciendo a su ritmo componen una estampa primaveral olorosa, luminosa, romántica y colosal.

martes, 1 de abril de 2014

LA RECUPERACIÓN DEL ÁGUILA IMPERIAL

Una buena noticia recogida en La Vanguardia (23-3-14) sobre la recuperación del águila imperial. Un proceso en el que se han visto involucrados distintas instituciones y entes privados con un fin común.