lunes, 19 de agosto de 2013

NUEVA CAMPAÑA DE SIEMBRA Y RECOLECCIÓN DE SEMILLAS





Al leer este artículo Una tragedia ambiental sin resolver ( Diario de León - 18/08/2013 ) comprobais que no batallamos solos en la lucha contra los incendios. Os dejamos una reseña de lo que se cuenta en este amplio reportaje en una zona de León así como las fotografías que lo ilustran. Sirva de preámbulo para nuestra presentación de la campaña de recogida y siembra de semillas.
 Los problemas de erosión y de arrastre de cenizas en zonas de vegetación de ribera junto a los cauces de los ríos Eria, Duerna, Jamuz, Villarín, y los arroyos San Vicente, Riocebros, Valle Grande, Valcuervo y Valdepinilla, se han intentado atajar con la construcción de 51 pequeños diques o albarradas vegetales. El trabajo, valorado en 700.000 euros, fue encargado por la Confederación Hidrográfica del Duero a la empresa Tragsa, que ha reutilizado los troncos de madera del incendio como contrafuertes, tras cortarlos, trocearlos, apilarlos y clavarlos al terreno. las nuevas barreras contra los materiales sueltos poseen hasta 1,2 metros de altura y diferentes anchuras. Además, se han colocado 15.000 plantas de vegetación de ribera autóctona de tamaños entre 1,5 y 3 metros de altura, suministradas por los viveros de la CHD en más de 20 hectáreas. También se han limpiado coníferas y mejorado robles y sauces en 30 hectáreas. Unas labores que se completan «con la mejora de pasos de agua, badenes y puntos de agua que facilitarán la extinción de incendios futuros», señalan.
En ese sentido, para aminorar los problemas de erosión y dificultar con cortafuegos verdes la propagación de nuevos incendios forestales con estos diques se busca evitar que la materia orgánica quemada se incorpore a los cursos de agua y dañe a la biodiversidad fluvial. En el área perjudicada por el incendio se están desarrollando seis proyectos de rehabilitación que han permitido semillar 200 hectáreas, cortar restos finos de forma manual y retirarlos en 250 hectáreas y subsolar otras 250. La tarea silvícola de adecuación se ha centrado en 25 hectáreas. También se han arreglado 14 captaciones y 3,25 kilómetros de conducciones dañadas en Torneros de Jamuz y Nogarejas; ahoyado 40 hectáreas con retroexcavadora y recogido semilla para preparar plantas para siembras (que equivalen a 1.600 kilos de semilla). A ello se suman los trabajos de vivero para la producción de 1.035.000 nuevas plantas.
Os presentamos la campaña de siembra que para este año vegetal está preparando ARBA y TXIRPIAL
A la campaña se puede unir y participar todo tipo de organizaciones sociales y personas.
Si nosotros (la sociedad) no paramos esta desgracia de los incendios, con nuestro hacer, aportación de ideas y presión, pronto nos quedaremos sin bosques y devolveremos a la atmósfera miles de toneladas de dióxido de carbono acumulada en los árboles, aumentando el efecto invernadero. ¡¡Es tarea de todos!!
125.000 hectáreas quemadas.
125.000 bellotas sembradas
Cada año vienen ardiendo en España unas 125.000 hectáreas de monte, ante esta desgracia, ARBA durante este año vegetal que comienza, pretende desarrollar una campaña para paliar en la medida de sus posibilidades este daño, sembrando el equivalente en bellotas.

Para poder llevar a cabo esta campaña necesitamos de la ayuda, colaboración e información de todas las personas amante de los bosques.

La campaña se dividirá en dos fases; la primer centrada en la recogida de semillas. Sería de una inestimable ayuda que nos aportarais información, si lo conocéis, en donde se encuentran las mejores masas o pies disperso más maduros, que de seguro son los que más frutos dan.

Aparte de las recogidas que se organicen como asociación, si alguien se anima a recoger y luego pasárnosla es de mucho agradecer.

Una vez realizada la recolección, pasaremos a una segunda fase: La siembra.

Estas, pretendemos que sean populares, y que participen el mayor número posible de personas, por lo que se realizarán en las cercanías de su recogida.


viernes, 9 de agosto de 2013

POR EL LABERINTO DE PEÑAS NEGRAS

Nos recibieron de buena mañana y quizás hambrientos estos buitres. Otean el paisaje y a quienes se desplazan por el entorno de Peñas Negras en la Arboleda en Vizcaya.

A mitad de camino disfrutamos de una vista panorámica muy actual. En primer plano, la amplia explanada del campo de golf. Al fondo, despuntando entre la bruma, la energía eólica producida por los aereogeneradores en el superpuerto de Santurtzi

Si alzamos la mirada hacia otro punto observamos una restauración forestal en altura. El pequeño bosque que sobrevive entre los cultivos forestales de pinos, en un futuro lejano tendrá acompañantes. ¿De qué especies?  Las que estiman pertinentes los dueños del terreno.

Arraigado al suelo, fijadas las raíces de este pino sobre el terreno a modo de zarpa de un dinosaurio imaginario que resiste en el devenir del tiempo.


No perdemos de vista a los auténticos supervivientes del bosque.Les miramos ahora con mayor detalle, vigorosos, altivos e incluso un tanto desafiantes. Orgullosos de resistir ante tanto cultivo forestal de pino que les rodea.
Entramos en el laberinto por la puerta imaginaria y descendemos por los escalones esculpidos en la roca. El ambiente es fresco en su interior, rodeado de paredes de roca caliza e incluso un pequeño charco en algún tramo.

Avanzamos en linea recta. Serpenteando a izquierda y derecha por el paso angosto por el que discurre el sendero. Casi a la salida encontramos dos árboles que nos abren paso.

La fotografía de arriba nos trae a la mente una imagen vista no hace mucho tiempo. Muy parecida al bosque fósil de Verdeña, en la Montaña Palentina. Las raíces de los arboles surcan la pared de roca en busca de un punto de sujeción sobre el terreno.



Resulta curioso observar la capacidad de adaptación al medio que poseen los árboles.En los lugares más inverosímiles despuntan para sobrevivir en las condiciones más variopintas. Éste nos indicó el punto de salida del camino.

En el descenso recordamos aquel bolero que decía: " Yo sé que tu estas ligado a mí más fuerte que la hiedra, jamas...." Roca o árbol. O las dos cosas simultaneándose. La hiedra con porte arbustivo.


A punto de concluir el paseo, descubrimos al pinzón macho con su plumaje de verano hinchando su diminuto cuerpo, posado sobre una rama de serbal de los cazadores. Se acerca la hora del almuerzo y busca desde su privilegiada atalaya algo que llevarse al buche.

Al que si contemplamos en plena faena de alimentación es a este zorzal común o malviz. Siguiendo su ejemplo nosotros también nos retiramos para comer.
Otro lugar conquistado al que volveremos en una próxima ocasión.

miércoles, 7 de agosto de 2013

BOSQUE SESAMO


Dos pinceladas muy significativas relativas a nuestros bosques, sus usos y mantenimiento de los mismos.. Para que no se produzcan malas interpretaciones y equivoquemos los conceptos.

martes, 6 de agosto de 2013

DETRÁS DEL SIRIMIRI

Primeras gotas del verano. Los insectos al igual que el resto de los mortales también las necesitan. Encontramos a esta mosca peleándose con su almuerzo en una lucha por la supervivencia. ¿Quién resiste más?

El mundillo, Viburnum opalus, cuya característica llamativa de su fruto en baya de color rojo brillante,lo podemos encontrar como es este caso en bosques húmedos, espesuras y setos. Poco a poco las hojas van adquiriendo el tono rojizo característico de la estación otoñal.

El espino cerval, Rhamnus cathartica muestra sus frutos aún de color verde, tiempo tendrá para ir madurándolos. Mientras tanto las gotas de la lluvia resbalan por sus hojas lavando su imagen.
 Dos muestras de las gotas tempranas. Las primeras se muestras agrupadas, mezcladas, inmiscuidas sobre la hierba del prado. Esta humedad relativa le ayuda a tunear el verde intenso de la pradera.
 
En cambio esta otra nos muestra el avance pausado, pero continuo del leve descenso de una gota sobre un fruto de un arbusto en proceso de maduración.

La libélula  cordulegaster la retratamos entretenida sobre esta gramínea. Al contrario del resto de especies que ilustran este texto, ésta prefirió acercarse a las plantas que estaban secas, huyendo por el momento de la humedad veraniega.

 Seguimos avanzando en el itinerario y nos detenemos sobre esta mariposa en busca de alimento fresco. Entretenida en saciar su apetito no percibe que en cualquier momento puede caer sobre su cuerpo una intensa gota que rocíe su frágil cuerpo. A lo mejor no se ha duchado todavía.

Este minúsculo insecto se muestra agazapado, timorato, receloso de quién le apunta con un aparato demasiado grande en busca de esta imagen significativa. Se  encuentra a la espera de que su intento de camuflaje pase desapercibido a los ojos del observador.

El yezgo, Sambucus Ebulus, propio de zonas húmedas, como en las que nos encontramos, clarea sobre el resto de herbáceas, arbustos y setos  que dominan el paisaje por el que nos movemos.
 No nos olvidamos de las flores, que agradecen la ligera lluvia intensa pero suave que las baña. En este primer caso esta Epilobium perteneciente a la familia Onagraceae, nos muestra todo su colorido y esplendor veraniego.

Mientras que esta otra Centaurium, de cuya variedad existen una cincuentas especies de planta perteneciente a la familia Gencianacea.

 Este caballito del diablo pertenece a la familia de los Lestidos y para hacer honor a su nombre no dejo de cabalgar de arbusto en arbusto huyendo de la máquina que le retrata y le pertuba en su quehacer cotidiano.
Finalizamos el trayecto matutino, agradecidos al sirimiri que nos ha refrescado gratamente de ,los calores veraniegos. Nos detenemos en esta Milenrama, Achillea Millefolium que entre sus utilidades medicinales tienen efectos cicatrizantes sobre las heridas. 

lunes, 5 de agosto de 2013

POETAS DE LOS ÁRBOLES Y MINISTROS INCENDIARIOS


Muy acertada la reflexion de Ruth Toledano en la edición digital del diario.es del 4/08/2013 que nosotros compartimos a continuación.
Mientras el periodista Rafa Ruiz se asombra en El Asombrario porque en España muchos no acaban de entender que los árboles son seres que "resumen ética y estética, paisaje y clima, belleza y dignidad", y nos deleita con los versos de los grandes poetas españoles que han reflejado su aprecio y amor por ellos ("almas sensibles que aman los bosques"), el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, dice que está pensando permitir cierta clase de construcciones en el suelo quemado: hospitales y centros penitenciarios. Para ello, el medioambiental no descarta reformar la Ley de Montes, que actualmente obliga a que pasen 30 años sin uso desde el incendio que haya destruido la vegetación: la Ley 10/2006 de 28 de abril, que modificaba la Ley 43/2003 de Montes, estableció la prohibición de construir o ejercer en el terreno quemado ninguna actividad no compatible con la regeneración de la cubierta vegetal. Se protegía así a nuestros montes de la criminal especulación consistente en incendiarlos para recalificarlos después, convertirlos en urbanizables y poder construir en ellos chalets adosados y campos de golf, por ejemplo. Una especulación grosera, feroz: la de la España montaraz. ("Que no pongan fuego para quemar los montes, / e más que otra cosa las encinas. / E al que lo fallareis faciendo, / que lo echen dentro", Alfonso X el Sabio).
Arias Cañete se refiere a los hospitales y a los centros penitenciarios como "utilizaciones de interés general". Lo que este hombre entiende por interés general resulta, cuando menos, sospechoso, si tenemos en cuenta que, solo en lo que a hospitales respecta, los hay infrautilizados, directamente sin terminar o, para colmo de su cinismo, en proceso de privatización. Como si creyera que somos tontos (que, vista la mayoría absoluta del PP, parece obvio que sí), dice además Cañete que "no se va a favorecer ningún tipo de práctica que pueda conducir a una pérdida de superficie forestal": ¿es que construir, lo que sea, sobre bosque quemado, en vez de regenerarlo, no implica pérdida de superficie forestal? Cree que somos tontos, sí. Pero no debería extrañar a Cañete que las organizaciones ecologistas no sean "muy partidarias" de sus planes ni debiera esperar, como pide, y con la misma cara dura que gastan su jefe y sus compañeritos de gobierno, "mucho consenso". ("De árboles no hay que hablar, éste es un coco / que asusta al propietario y al labriego, / y a quien los planta le apellidan loco", Gaspar Melchor de Jovellanos).
De interés general, sin embargo, vamos a tener que considerar la construcción de centros penitenciarios, ya sea en suelo quemado, porque falta hacen cárceles, desde luego, para tanto ladrón, corrupto, y nos olemos, pirómano como hay en el partido y en el Gobierno del ministro de Medio Ambiente. Me temo, señor Cañete, que para eso sí encontraríamos mucho consenso. El mismo consenso que, por ejemplo, hubo entre la opinión pública sobre la intencionalidad del incendio que en agosto de 1992 asoló esos terrenos no urbanizables de Benidorm que Eduardo Zaplana, entonces alcalde de la localidad, expropió a favor de una Sociedad que gestionaría dos campos de golf, diversas zonas hoteleras y el ya famoso y ruinoso bodrio llamado Terra Mítica que, tras pasar por la suspensión de pagos por una seudoreflotación a costa de la venta de terrenos y por varios tumbos propios de una montaña rusa de record, derivó en la venta final por 67 millones de euros de un destructivo, especulativo y estúpido proyecto que había costado 377. Un simple ejemplo, ya digo, célebre y lamentable, que habría que reconvertir en centro penitenciario para encerrar a sus mafiosos responsables. ("Árboles abolidos, / volveréis a brillar / al Sol. Olmos sonoros, altos / álamos, lentas encinas, / olivo / en paz, / árboles de una patria árida y triste, / entrad / a pie desnudo en el arroyo claro, / fuente serena de la libertad", Blas de Otero).
Mientras se quema el alma de la España de los periodistas éticos y de los poetas sensibles ("Oh, fresno, tú me elevas / hacia la suma realidad, tú la proclamas", Jorge Guillén), arden los bosques de la España del ministro Cañete, que es la patria árida y triste de la burbuja inmobiliaria, de la especulación sin límites, del abuso, de la vergonzosa corrupción, de la culpa política ("El hombre de estos campos que incendia los pinares / y su despojo aguarda como botín de guerra, / antaño hubo raído los negros encinares, / talado los robustos robledos de la sierra. / Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares; / la tempestad llevarse los limos de la tierra / por los sagrados ríos hacia los anchos mares; / y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra", Antonio Machado).
Son estas las dos Españas: la que clama por la salvación de su alma y la que se la vende al diablo. La España de Federico García Lorca ("¡Chopo viejo! Has caído / en el espejo / del remanso dormido. Yo te vi descender / en el atardecer / y escribo tu elegía / que es la mía") y la España que lo asesinó.