martes, 9 de diciembre de 2008

EL ANIMADOR IDEAL Y EL ANIMADOR REAL

"¿Sabeis la diferencia entre compromiso e implicación? Que cuando tú estás comiendo un par de huevos fritos con bacon piensas como se ha comprometido la gallina para poner los huevos , pero el que se ha implicado de verdad es el cerdo que ha dejado su vida para que puedas comer el bacon"
HUEVOS CON BACON DE JORDI ASENS.


Después de preparar muchas actividades, muchas personas se muestran aturdidas, descorazonadas: “ Esto está muy bien pero no me veo en el papel. No tengo cualidades ni facultades para seguir adelante”.
Por descontado presuponemos que resulta imposible desarrollar de forma integra todas las cualidades y realiza al cien por cien todas las exigencias que requieren nuestras actividades. Pero lo mismo sucede con cualquier vocación o función. Si todos debieran ser el monitor ideal, el coordinador ideal, el alcalde ideal, la madre ideal, NO existirían las madres, los alcaldes, los monitores y coordinadores. No hay animador ideal, como tampoco hay grupo ideal, ni miembro de grupo ideal y por lo tanto, no impediremos a nadie que quiera integrarse en el grupo.

Con todo es imprescindible proponer el animador ideal para que sepa hacia donde debe de tender el animador real. Para que se mire en su espejo. El mejor animador es el posible. Lo verdaderamente importante es que estés animoso y decidido a hacer lo que puedas. Es lo único que se te pide.
Todo animador, monitor, tiene que tener como norma suprema que quién manda es el grupo. No su capricho sino su desarrollo. Y sabemos que cada grupo tiene su identidad. Sin olvidar los principios rectores existentes en las etapas de un grupo de común aplicación durante su plena vigencia: provocar la máxima participación, el diálogo, el compromiso, las buenas relaciones, etc. Sin olvidar a la creatividad presente casi siempre en un buen animador.
Por descontado no conviene perder de vista la evaluación del grupo y la propia autoevaluación del animador que han de jugar un relevancia destacada en la animación. Son las que nos posibilitarán rectificar el rumbo o confirmarlo.
El entusiasmo, la personalidad, los recursos imprimen un estilo característico al propio animador. Por eso se puede resaltar que existen tantos tipos de animación como animadores. Si el animador, monitor o persona perteneciente a un grupo no se encuentra animado, apasionado por su grupo y por la causa que tiene entre manos, su acción resultará fría, rígida.
No se puede dar lo que no se tiene. No se puede animar si no se está animado. Hay personas que saben menos que otros de técnicas, recursos y normas de animación de grupo, pero animan más. Porque están comprometidos, creen en lo que hacen y se siente revitalizados por sus compañeros de grupo.

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