lunes, 7 de junio de 2010

EL AMBIENTE SIEMPRE ESTÁ EN EL MEDIO

"Y en lo alto de la iglesia
hay un nido de jilgueros.
Y el señor cura me ha dicho
que no le toque los huevos".

Permititirme esta licencia para emplear el título de un libro escrito por Joaquín Araujo e ilustrado por Antonio Forges, para recordaros que se ha celebrado el sabado 5 de Junio el Dia Mundial del Medio Ambiente. Una de esas fechas marcadas en rojo en el calendario conservacionista. Nosotros lo conmemoramos colaborando con el Museo de Bellas Artes de Bilbao con las visitas didácticas por el parque de Dª Casilda y la interpretación de distintas obras pictóricas. Beatriz y Txemi contaron las esencias del parque, desde el punto de vista de la flora y fauna que en el habitan. Como botón de muestra el ánade rabudo y sus vastagos que acompañan la instantánea siguiente.

La visita terminó con un taller de elaboración de nidos artesanales como el que ilustra la primera fotografía del blog. Realidad y ficción no difieren tanto, según en que momentos, como lo demuestra la imagen.
Sin embargo otras instituciones aprovecharon la jornada para inagurar nuevos espacios verdes, que acercen a la ciudadania a la Naturaleza. Rodeados de numerosos árboles (no entramos en la discusión de si son autóctonos) parrillas y asadores, además de innumerables bancos, las laderas del Monte Arraiz muestran una nueva fisonomía para todos aquellos que se acerquen a conocerlo. Se cerraba la cuadratura del círculo: El anillo verde bilbaíno.
El penúltimo parque forestal, el Parque de San Antonio, ha sido publicitado como la playa verde del botxo. Me viene a la memoria una antigua canción veraniega de décadas pasadas cuyo estribillo decía: "vaya vaya aqui no hay playa". A partir de ahora, no será necesario desplazarse a las playas del litoral costero vizcaíno, cercanas a la metrópoli. Para los amantes del ejercicio deportivo en la naturaleza, una serie de aparatos gimnásticos les ayudarán a muscularse. Lo mismo sucede con los que deseen tostarse con los rayos ultravioletas del astro solar, y detesten el contacto con la arena de la playa. La hierba y un solarium al natural facilitarán la labor, además de las duchas repartidas por el perímetro del espacio forestal.
Lo que es seguro, es que no encontraremos en estos lugares amapolas tan campestres como la de la fotografía que cierra este comentario.

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