sábado, 29 de abril de 2017

TEJOS, ORQUÍDEAS Y OTRAS CURIOSIDADES



No es conveniente cerrar los planes por adelantado. A veces es necesario alterarlos. La idea inicial de descubrir los tejos en el antiplano de la Sierra salvada en  territorio alavés se  complemento con la de observar también orquídeas.


La orchis purpúrea, la androrchis mascula y la anacamptis morio irrumpen con más o menos constancia a la vera de nuestro camino. Las recientes lluvias y el calor propician su germinación en estas altitudes.

  Los rebollos, quercus pyrenaica lucen sus vestimenta primaveral. prolongan sus largas ramas a modo de gigantescos brazos ocupando parte del terreno donde arraigan. Acaparan la luz para su providencial desarrollo.

 Tras una curva aparece el primer tejo que buscabamos. Orillado en el camino, casi suspendido en el vació,. A un lado de la pista muestra una frondosa cubierta vegetal. Su tronco es robusto con dos brazos no demasiado gruesos. Sus hojas no muestran frutos y el sol no le afecta demasiado en este tramo de subida.



En este enclave con cotas de altitud que van desde los 914  a los 1.107 metros subsisten posiblemente los tejos más ancianos del valle de Ayala, mayormente aislados. El viento, la lluvia, la nieve, el sol y demás agentes meteorológicos les castigan con fuerza con el paso de los años.

Pero no se encuentran sólos. El espino albar muestra sus relucientes flores de temporada.


Diminutos narcisos emergen agazapados bajo la protección de las calizas que abundan en ele terreno. Acompañados por otro cortejo florístico de montaña y propicio de la estación primaveral en la que nos encontramos: globularia, genciana, y grasilla de las fotografías inferiores reclaman igualmente su cuota de notoriedad.




 Y de nuevo él, el tejo del Portillo del aro. Enmarcado en la ventana de las ruinas de la ermita de San Vitores. Data del siglo VIII y sólo se conserva este arco de piedra y la figura que lo preside decapitada.



 No presenta el mismo aspecto en sus parte trasera con respecto a la frontal. Su tronco es ancho, retorcido, soportando las adversidades y rigores del clima de la zona.  Sobresale una gruesa rama que se expande en forma puntiagauda hacia el oeste. En su parte izquierda trasera aparece menos follaje de hojas, casi pelado. Podía tratarse de un árbol singular pero de momentono ha sido catalogado con tanl distinción.



De regreso, deshaciendo el camino, nos encontramos con estas retorcidas fotografías que nos propician los árboles que pueblan estos dominios. Retorcidos candelabros naturales que contrastan con el verde primaveral que inunda el paisaje.


  En última instancia aparece este arce, semioculto entre fresnos, avellanos y hiedras. Otra jornada más propicia para cargar nuestra mochila con ganancias netas de biodiversidad.


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