Nuestra hemeroteca, no muy abundante, pero si llena de curiosas fichas como las que se adjuntan en esta entrada, nos permite conocer nuestros árboles y arbustos autóctonos con cierta profundidad.
´Por una parte, escogemos estas dos fichas que representan al agracejo y el alerce común. El primero es un arbusto muy abundannte en cualquier punto de nuestra Península, dotado de potentes espinas en su forma, se hace impenetrable para cualquier animal-. El segundo, es la única conífera que pierde las hojas con la estación otoñal.
A continuación seleccionamos estas otras dos imágenes, para diferenciar dos tipos de quercus, ahora que es temporada de recogida de bellotas las del petraea no tienen pedúnculo y las del albar si tienen pedúnculo, una buena manera de reconocerlos.
Por último, recurrimos al quejigo, cuyas hojas al llegar la estación otoñal no se caen, son marcescentes, permanecen secas durante mese sin desprenderse del árbol.
Nuestra fuente en este caso son las Fichas de Reconocimiento e la colección Al aire de ediciones del Prado (1997) cuyo autor es Joaquín Araujo.
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