El paisaje que nos acompaña en este recorrido se caracteriza por esta ubicado entre dos estaciones biogeográficas, la atlántica y la mediterránea. Los hayedos y quejigales irrumpen con vigor durante el trayecto, acompañados de otro cortejo botánico ligados al cauce del río, fresnos, alisos además de endrinos hacen que nuestra observación se fijen en ellos.
Por otra parte, distintas aves rupícolas sobrevuelan este territorio, vigilando a aquellos que transitan por su dominios.
La erosión de las aguas subterráneas y flotantes confiere a la zona un territorio endokárstico digno de ver durante la estación de las lluvias.
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