lunes, 29 de septiembre de 2025

EMBOSCADOS POR EL ENCINAR DE GORLIZ A ARMINTZA


Continuamos con actividades para conmemorar nuestro 25 años de existencia, en esta ocasión, más reducida en cuanto a integrantes. El encinar cantábrico en la localidad de Gorliz resultó nuestro punto de inicio para terminar en Armintza. Pronto nos vimos acompañados por una hembra de corzo y su cría del año, que transitaban ajenos al resto de caminantes que  concurrían por este itinerario. Las bayas de lentisco, detienen nuestra atención. Un pequeño túnel imaginario nos adentra en el emboscado encinar: frondoso, retorcido por esculturas de porte considerable  en algunos de sus troncos y cubierto de helechal en algún tramo. Antes de penetrar en tan mágico paraje, una vista panorámica de la vecina localidad de Plentzia y su playa. Al salir del encinar, la Isla Villano, reconocida con el nombre de Isla del Fraile, cuya silueta se asemeja a la de un dragón. Un poco mas arriba el buzón montañero en la cima del monte Ermua nos permite acariciar sobre nuestros rostros la brisa marina.
A nuestro paso, antes de iniciar el descenso hacia Armintza, los vestigios del pasado bélico en nuestra costa lo representa una caseta de vigilancia, aún en buen estado. Los cultivos forestales se erigen en dominantes según nos acercamos a nuestro destino. Un acebo con sus bolitas rojas ,rompe la monotonía del paisaje. Al llegar a la localidad marinera, la garceta se afana en buscar alimento. No es la única que tiene gula. Nuestros estómagos también dan buena cuenta de una agradecida comida en un restaurante de la mencionada localidad.



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