lunes, 22 de septiembre de 2008

CONCIERTO PARA INSTRUMENTOS DESAFINADOS


Con la llegada del otoño los campos y bosques peninsulares inician una nueva etapa dentro de su ciclo vital. Pero esta alteración también se produce en el reino animal. Ahora, a finales de este mes e incluso a principios de octubre, es cuando los mamíferos herbívoros que todavía sobreviven en los distintos hábitats peninsulares inician su etapa reproductora. Los ciervos se encargan de propagarlo con sus majestuosas gargantas, bramando a los cuatro vientos el sentir de su etapa de celo. La berrea debe su nombre a los berridos o bramidos que los machos lanzan al viento para llamar la atención de las hembras.Un espectáculo digno de observar a la caída del sol produciéndose los instantes más intensos del fragor amatorio de los ciervos. Donde cada macho intenta adueñarse de una parcelade sus territorio para agrupar en ella el mayor número de hembras y formar sus propio harén.
Pasado el calentón reproductor, donde los ciervos han intentado copular con el mayor número posible de ciervas, perderán el interés territorial por sus picaderos y se separan de ellas. Prefieren juntarse con otros de su mismo sexo, con esos con los que tanto habían peleado, y vagar sin rumbo en busca de pastos nutritivos, ajenos por tanto a todo lo que tenga que ver con ayudar a sacar adelante a la prole
Un rito nupcial digno de escuchar y observar por los distintos Parques Naturales de nuestra geografía. Un buen emplazamiento es la zona del Gorbea, y se dispone de algo más de tiempo, desplazarse hasta Saja-Besaya.

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