viernes, 19 de octubre de 2012

POR LA SENDA DE LA SETA DEL DIABLO


El Otoño acecha sobre nuestra vida. La imagen superior puede ser la representación de la mítica y añorada estación en cualquier punto de la Península. Pero se trata del Bosque de Braña Ronda, en la comarca de Laciana, en la provincia de León. Un paisaje cubierto por una naturaleza indómita, rodeada por cumbres escarpadas, en su mayoría silíceas y con altitud cercana a los 2.000 metros en algunos picos. En este marco maravilloso cubierto por una extensa masa de bosque mixto, nos adentramos siguiendo las pisadas y los conocimientos de quien mejor lo domina: nuestro guía Luis


La relevancia del lugar viene marcada por el magnífico estado de conservación de sus bosques: robledales mixtos en los que proliferan gran variedad de especies arbóreas distintas; como hayas, mostajos, tilos, serbales, fresnos, saúcos, tejos, acebos, abedules, arces, cerezos, robles albares y carballos.




Sin embargo, la Biodiversidad del bosque está ligada a la riqueza del suelo sobre el que se asienta, en el que multitud de pequeños seres como hongos, microorganismos descomponedores y diminutos invertebrados sirven de sustento al complejo ecosistema forestal y posibilitan en última instancia, la presencia de otras especies: como la marta, el lirón gris, el el jabalí, el corzo, el tejón o el gato montes.


Ocres, rojos, verdes, amarillos cobrizos y otras tonalidades abundan a raudales en este ecosistema. Basta mirar al suelo para observar en la hojarasca su descomposición mezclándose con la fértil tierra que sustenta el estrato arbustivo. Una simple mirada permite identificar la variedad de especies que lo pueblan: tilos, avellanos, olmos de montaña, sorbus intermedia entre otros.

La Amanita muscaria, ese hongo identificado por millones de niños en el mundo aparece camuflado entre las hojas y el sotobosque. Esta variedad tóxica prolifera en la zona. Boletus, pie azul, galampernas y alguna otra variedad de hongos  nos permitieron satisfacer nuestros estómagos tras la caminata matinal.



Los cursos fluviales de agua  son recursos importantes dentro del bosque. Aportan riego, humedad y frescura al entorno. A pesar de la escasez de lluvia registrada este verano esta pequeña cascada sirve  como ejemplo de la relevancia  que pueden tener los invertebrados diminutos, tales como gusarapas, tricópteros, libélulas, muy sensibles a la variación de la temprturas, pH, cantidad de materia orgánica disuelta, fosfatos y otros contaminantes, cuyo control resulta fundamental para la conservación del equilibrio dentro del ecosistema del bosque de galería ribereño integrado por alisos, sauces, fresnos y chopos, presentes dentro de una parte del bosque de Braña Ronda.


Los tejos milenarios se muestran duraderos, fuertes y erguidos a pasar del paso del tiempo. Sus raíces penetran el perímetro del bosque sustentando el terreno y confiriendo al lugar un paisaje oscuro y tenue.



Incluso sirven de cabaña improvisada, refugio alternativo, morada pintoresca para que un pequeño trasgu, diablo o duende inquieto penetre en sus entrañas  y nos permita comparar su porte en relación con su figura.


Según avanza la mañana nuestro paso se hace más apresurado. Nos acercamos a nuestro objetivo primigenio; acercarnos al robledal a los quercus petraea y robur para descubrir su milenario pasado.

Los árboles caídos, los arboles viejos, muertos también forman parte del ecosistema bosque. Sirva este ejemplar de roble como muestra, con multitud de variedad de líquenes, musgo y resto de microorganismos que actúan como agentes descomponedores de la materia viva generando sustratos y nutrientes que restauran a largo plazo el bosque.


Llegamos al momento sublime, anhelado y cumbre del paseo. Los robles de porte majestuoso, altivo y grueso penetran a nuestras miradas. Los recorremos en todo su perímetro y comprobamos que la realidad supera a la ficción, de nuestra fugaz imaginación de lo que nos habían contado, y en este preciso instantes comprobamos.


Un tronco sublime, de un perímetro amplísimo que no alcanza a rodear siete personas entrelazadas por las manos alrededor del mismo. Su corteza lisa ha soportado las adversas condiciones climáticas del invierno, el verdor primaveral, la ausencia de la hoja durante el otoño y la humedad del verano.


También le dotan de figuras antropomórficas en el dosel de su corteza que hacen volar la imaginación de los presentes, y por que no de los ausentes, sugiriendo inhóspitas caras de duendes del bosque, elfos y demás tripulación.



Sus profundas raíces en la parte posterior asemejan a las zarpas de un imaginario dinosaurio, que quizás quién sabe pudo transitar por este paraje en otra época y ahora ha mutado en este extraordinario ejemplar de roble.


A pesar de encontrarnos en la estación otoñal, su frondosa copa aún atesora en sus ramas las preciadas hojas que con el paso del tiempo caerán dando paso a una nueva estación. Es el cilo vital que rige nuestros destinos.


En la sobremesa una inesperada vulpes vulpes hembra se apuntó a la tertulia. Los restos de la comida fueron a parar a su estomago agradecido, una muestra más de la simbiosis de este entorno entre el hombre y la Naturaleza.


El frescor de la tarde nos permitió conocer el pueblo de Robles de Laciana. Traspasado el umbral de la puerta de entrada entramos al ábside y observamos con detalle la frescura de la pintura que lo envuelve, tan bien conservada a pesar del transcurrir de los años. Es en ese momento cuando alguien sugiere con su impenetrable voz una sugerencia lapidaria: "Toda Iglesia debería tener su Cecilia particular"


En la diminuta sacristía, encontramos las dos tallas de mayor valor y no expuestas al público. Una virgen con su manto blanco enfundado y un santo que se asemeja a la figura de Santiago apóstol  caracterizado con los detalles escultóricos de la época.


Fuera cae la noche cerrada, los peregrinos deben regresar a su morada en Villablino. Es la hora de la despedida y del hasta pronto. Una sombra fantasmagórica y alargada recubre la fachada  de la Iglesia de San Julián , uno de los primeros mártires del cristianismo y  muestra del románico rural. Durante la Edad Media sirvió como lugar de enterramiento a gran parte del concejo de Laciana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

como se llama el hongo que es azul??