lunes, 9 de mayo de 2011

MIENTEME, DIME QUE ME VOTAS

Bizkaia Maitea:

Hoy que estoy fresco me armé de valor. Llega el momento de ponerte guapa, limpia y abrillantada, para que reluzcas tus mejores joyas. La cita es a largo plazo, los próximos cuatro años. No sé si en ese periplo de tiempo te pueden conocer, con tus virtudes y defectos, aquellos que aspiran a regirte en la Diputación y Ayuntamientos vizcaínos...

Por mi parte, no se trata de ponerte verde ni pintarte de ese color, al referirme a uno de tus brazos: el Medio Ambiente. Su relevancia es notoria pero la sociedad lo quiere preservar sin que le cueste nada a cambio. Por eso, no llego a comprender el ninguneo y el abuso del propio patrimonio como es el Medio Ambiente, esa casa donde respiran igual los ricos que los pobres, el mar donde unos se mojan y otros se ahogan.

Es el momento de las promesas, de los compromisos no rubricados, de la oratoria rápida y ágil en pos del voto cautivo.

Hasta llegar al fatídico 22 M no importa que los decibelios del ruido ocasionado por las caravanas móviles de los diferentes partidos perturben la jornada laboral. En ese instante la normativa local sobre el ruido queda en un segundo plano. Lo mismo sucede en los dantescos mítines, donde la música retumba por doquier en las paredes de los pabellones que los albergan. Es el momento oportuno, de sacar la bicicleta a la calle, como medio de transporte sostenible, para repartir la propaganda electoral correspondiente. El resto del año utilizan el coche oficial y el particular que es más rápido y les permite estar en varios puntos geográficos en una misma jornada. Los folletos y carteles que inundan plazas, farolas y calles sin importarles la titularidad de las mismas, pública o privada, no respetan los acuerdos mínimos de impresión reciclable que luego ellos regulan. Toneladas inmensas de pasta de papel procedentes, como no, de nuestro paisaje más cercano; el pino radiata y el eucalipto que pueblan nuestros montes. Parece que lo autóctono queda reservado para el euskera, el deporte rural, el txakoli y la pelota vasca. En materia forestal la regeneración con especies propias queda en un segundo plano. Al menos podían contemplar la opción aquella de la frase que le dijo el bosque al ingeniero: no me toques que yo me regenero. Entonces surge la pregunta, que se prima más: ¿La sostenibilidad económica de la zona o el desarrollo sostenible del paisaje?
No quiero extenderme en más consideraciones, a sabiendas que se quedan cosas en el tintero. Confiando en que estas cuestiones enumeradas y otras guardadas para tiempo venideros no se desvanezcan como una cruz en el agua.

P.D.: ”Cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el universo y te cambia todas las preguntas”.

Jorge Francisco Pinto.

Espero que a vosotros también os suceda. No pongáis el yo al servicio de nosotros



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