lunes, 10 de noviembre de 2008

“LO IMPORTANTE ES APRENDER SOBRE EL TERRENO, SER OBSERVADOR”.








Recién llegado del túnel del tiempo "el hombre sin sombra" nos relató sus experiencias, resaltando la cualidad que encabeza este texto. Sus conocimientos, sapiencia y facultades le son propicias, en parte debido a la herencia de su maestro: Búho Gris.
Hay que tener en cuenta que los mamíferos se dejan ver muy poco, en contadas ocasiones, se esconden, huyen atemorizados por la presencia de otros congéneres distintos a los de su especie. Por eso, cuando se quiera acercarse a ellos, es necesario caminar sigilosamente, a ser posible en silencio, camuflando tanto la vestimenta como los artilugios que nos acompañan; mochila, cámaras, trípode y demás utensilios. Primera de las recomendaciones de nuestro peculiar rastreador.
Localizar los rastros cercanos a las fuentes, lugares húmedos y sus alrededores, sobre todo en verano, donde los animales acuden a saciar su sed, en las charcas, ríos, arroyos y similares.
El sentido del olfato es fundamental en los mamíferos, ya que lo tienen muy desarrollado, por lo que es conveniente impregnar el atuendo campestre, por ejemplo con líquenes, para confundir el aroma que desprendemos a la Naturaleza. Además, con el olor que desprenden, ellos delimitan su territorio en el campo, marcando sus dominios para posibles competidores. Prestar atención a los sonidos de la Naturaleza, aullidos, berridos, graznidos, balidos y cantos de las ves, como ejemplo el del arrendajo que avisa a sus lugartenientes de extraños dentro de su habitat. Son otras de las enseñanzas que nos contó el heredero de "Búho Gris".
Nos obsequió, en cierta medida, con un sabio consejo aprendido de "pies grandes", el único indio que no veía culebras, ya que sus pisadas robustas y potentes hacían vibrar el suelo. Indicándonos que las víboras no desarrollan el aparato auditivo, y al percibir las vibraciones del suelo en su cuerpo huyen aterrorizadas, por eso es conveniente pisar fuerte al adentrarnos en zonas de hierbas altas que oculten su presencia.
Por último, nos dio unas pequeñas pautas sobre cráneos, deyecciones y huellas que encontramos en el suelo que nos permiten determinar la identidad de un animal.

Y se fue como vino, sin hacer APENAS RUIDO, compartiendo con nosotros su pipa de la paz, amistad y comprensión. Después de todo mañana será otro día.

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